¿Se ha detenido alguna vez para pensar en el ser humano sorprendente, excepcional y sobresaliente que somos?
De toda la gente que alguna vez vivió en este planeta, ni uno de ellos fue exactamente como nosotros. Ninguno que vivió antes tuvo las habilidades, límites, talentos, apariencia, felicidad, tristezas, oportunidades, cargas y posibilidades que tenemos nosotros.
Ninguno tiene exactamente los mismos pensamientos que nosotros. Nadie busca exactamente como nosotros. Nadie ora como nosotros. Nadie ama a las mismas personas que nosotros. Aún aquellos que se ríen como nosotros, no estornudan como nosotros. Los que lloran como nosotros, no tienen las mismas tristezas que nosotros. Los que sonríen como nosotros, no conocen los mismos gozos.
Nadie antes y ninguno por venir tienen nuestros dones. No fuimos creados para ser como ningún otro. No necesitamos cambiar para demostrar que somos diferentes.
Fuimos creados especiales. En ningún momento de la historia pasarán las mismas cosas en la mente, alma y espíritu de ninguno que las que experimentamos nosotros en este momento.
Si no existiésemos, habría un vacío en la vida de los demás, un cambio en su historia, un agujero en la creación y algo faltaría en el plan de Dios. Añoremos nuestra unicidad; es un don dado a nosotros de manera única.
Nadie puede hablar nuestras palabras. Nadie puede derramar nuestras lágrimas. Nadie puede impartir nuestra alegría y gozo ni expresar nuestra sonrisa. Nadie puede impactar como nosotros el corazón de otros. Nadie puede tomar nuestro lugar.
El don de la unicidad nos fue dado para compartirlo y disfrutarlo; que nos instruya e inspire. Toquemos a otros con nuestra vida, compartámonos a lo largo del camino de la vida. Somos un don único de Dios a este mundo.
Bob Stoess, copyright 2011; enviado por Brian G. Jett
Fuente: www.motivateus.com
La reflexión de hoy es como un vaso de agua fresca en medio de una cultura que tiende a clasificarnos y “dosificarnos” para efectos de sus iniciativas de mercadeo y consumo. No tenemos—y en realidad no podemos—ser otra persona; Dios nos creó únicos con propósito.
Somos como piezas de un enorme engranaje, donde absolutamente todas las partes necesitan funcionar como fueron diseñadas para que nuestro mundo siga adelante. El problema es que la mayoría de nosotros anhela ser otra persona…deseamos ser como otros, invalidando de esa manera no sólo los planes del Señor para nuestras vidas sino también robándole una bendición a nuestra generación. Atrevámonos a ser nosotros mismos y permitamos al Señor usarnos para Su gloria… ¡Adelante!
Raúl Irigoyen
El pensamiento Del Capellán
Gracias DIOS por haberme hecho como soy, con errores y aciertos pero siempre en el marco de tu amor, eres maravilloso, tu sabes lo que estoy pasando en estos tiempos, pero tambièn se que TU me daràs la victoria porque tu amor no tiene lìmites, te agradezco porque me haces sentir tu presencia, aunque no te vea se que estàs a mi lado, aunque no te toque se que tu me tomas de tu mano, y me siento segura, te amo, te amo.
GRACIAS PADRE CELESTIAL POR TU AMOR INCONDICIONAL QUE ME DAS, EL CUAL ME HACE CADA DÍA UN SER FIEL A TI, A JESÚS NUESTRO SALVADOR, GRACIAS PADRE AMADO POR LLENARME DE TI.
agradesco a dios todos los momentos de mi vida gracias señor halabado y glorificado sea cada vez mas su nombre
GRACIAS MI DIOS POR TODAS TUS BENDICIONES TE PIDO QUE LIMPIES MI CORAZON Y USES MI VIDA CUMLPLE TU PROPOSITO EN MI AMEN.
Dios nos hizo Unicos e Irrepetibles, con nuestros dones y talentos super especiales; los cuales deben ser para su Honra y su Gloria!
Muy buen articulo.
Bendiciones!!!!