“Siento como si todo mi estomago se rebela dentro de mi cada vez que pienso en lo que mi marido está haciendo con la otra mujer. No lo puedo soportar”.

Así se expresó la señora que me había pedido consejería en medio de su crisis matrimonial.

Uno podría preguntarse: Tus sentimientos los sientes en tu mente, tu corazón, tu cerebro o tus entrañas.

Sabemos la gran maravilla que Dios nos ha dado con  el cerebro.
No existe nada tan complejo como el cerebro humano. Se estima que tenemos cien billones de neuronas o células cerebrales.

Y cada neurona está conectada a otras neuronas por más de cuarenta mil conexiones individuales. Imaginen, cien billones y cada neurona esta conectada una con otras por montones de conexiones, cuarenta mil conexiones individuales, quiere decir que casi tenemos trece trillones de conexiones en nuestro cerebro.

Aunque el cerebro es solo 2% del peso de su cuerpo, pero usa de 25 a 20 % de las calorías que usted consume. En otras palabras, el cerebro es el mayor consumidor de energía. Eso quiere decir que la tercera parte de su desayuno, de su almuerzo y de su cena está alimentando directamente solo al cerebro.

La Biblia de pronto parece trasladar cosas que deberían estar en el cerebro hacia las entrañas?.  Por qué Génesis 43:30 habla de la turbación que experimentó José con sus hermanos al recibir noticias de su familia?

La Biblia dice así:
“Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y buscó dónde llorar; y entró en su cámara, y lloró allí”.

La Biblia como la Palabra de Dios nunca se equivoca hoy la ciencia ya está hablando de las entrañas como el segundo cerebro.

Leopold Auerbach, un neurólogo alemán, descubrió en el Siglo XIX dos capas de células nerviosas muy próximas a un trozo de intestino que estaba diseccionando.  Sintió curiosidad y al verlas al microscopio concluyó en que eran parte de una red compleja. Sin embargo, fue el primero en observar  al “Segundo cerebro” que fue descripto en 1998.

Nuevamente la Palabra de Dios describió el sentimiento de una mujer la cuál se conmovió cuando Salomón quiso partir su niño para resolver la disputa entre dos mujeres que se atribuían ser la madre:
“Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: !!Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo”. 1 Reyes 3:26.

El Pasaje acá describe que las entrañas de la verdadera madre se le conmovieron.

Hay cerca de 100 millones de neuronas ubicadas en la paredes del tubo intestinal. Esta red neuronal no elabora pensamientos como el cerebro pero si influye en el estado de ánimo y hasta en el sueño.

Ante una situación estresante es común sentir como mariposas en el estómago. El aparato digestivo está tapizado por una red de neuronas (células nerviosas) de tan alto alcance que algunos científicos ya hablan del estómago o las entrañas como el “segundo cerebro”.

Job en medio de la turbación de su vida y los quebrantos inesperados en su existencia exclamó:
“Mis entrañas se agitan, y no reposan; Días de aflicción me han sobrecogido”. Job 30:27.

Según estudios científicos este segundo cerebro influye en nuestro estado de ánimo, carácter y aún el ritmo del sueño.

Michael Gershon, Investigador de la Universidad de Columbia en los Estados Unidos y autor del libro El Segundo Cerebro, explica que el segundo cerebro (Las entrañas) que tenemos  funciona en conexión con el grande, el del cráneo, y en parte determina nuestro estado mental y tiene un papel clave en determinadas enfermedades que afectan otras partes del organismo.

Además de neuronas, en el aparato digestivo están presentes todos los tipos de neurotransmisores que existen en el cerebro.  El 95 % de la serotonina, uno de los neurotransmisores más importantes del cuerpo, se encuentra en el intestino.

Cuando hablamos de las entrañas o el estómago como un “segundo cerebro” necesitamos aclarar que este cerebro no es sede de pensamientos conscientes ni de toma de decisiones.

El Salmista expresando a viva voz en forma profética lo que experimentaría nuestro Salvador en el Calvario dijo:
“He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas”. Salmo 22:14.

Emeran Mayer, Profesor de Fisiología, Psiquiatría y Ciencias del Biocomportamiento de la Universidad de California  dijo que gran parte de nuestras emociones probablemente se vea influidas por los “ nervios de los intestinos”.  El Profesor Mayer también afirma que el bienestar emocional cotidiano quizá también dependa de mensajes que el cerebro intestinal envía al cerebro que está en el cráneo.

“Mis entrañas también se alegrarán Cuando tus labios hablaren cosas rectas”. Proverbios 23:16

Cuando vemos todo esto decimos. Qué alegría es saber que la Biblia habló de eso mucho antes que la ciencia lo descubriera.

El Dr Gershon dice: El Sistema nervioso entérico le habla al cerebro y este le responde.  El intestino puede afectar el humor y la estimulación del nervio principal (el vago) que conecta al cerebro con el intestino y puede ayudar a aliviar la depresión.

El profeta Jeremías lanzó al aire su lamento cuando dijo:
!!Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí; no callaré; porque sonido de trompeta has oído, oh alma mía, pregón de guerra. Jeremías 4:19.

Dios es el supremo creador y ha hecho de nuestro cuerpo toda una maravillosa pieza de conexiones.

“Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad”. Lamentaciones 2:11.

Es por eso que la paz que Dios trae a nuestra vida entra primero en nuestro primer cerebro (El del cráneo) se trasmite al segundo cerebro (el de las entrañas) e inunda nuestro corazón y nuestro espíritu.

Mira esta promesa de Dios:
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Jeremías 29:11

Deja que esos pensamientos de paz toquen tu primer y tu Segundo cerebro.
“He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad”. Jeremías 33:6.

Y el Maestro Divino te da su paz a tu cerebro y a tus entrañas.
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan 14:27.

Descansa en él y deja que te llene de abundancia de paz.

Es el deseo de su hermano y amigo

Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com
http://www.facebook.com/SerafinContrerasGaleano