“El optimismo es la fe que conduce al logro; nada puede realizarse sin esperanza.” Helen Keller

Como persona, independientemente de la posición que ocupa o el rol que desempeña, usted sabe que para alcanzar el éxito  hacen falta muchas cosas.

Muchos no lo alcanzan por que se dicen:

“Si tan solamente tuviera el dinero”.
“Si tan solamente tuviera los contactos”.
“Si tan solamente me apoyaran”.
“Si tan solamente supiera que no fracasaré”.
“Si tan solamente…”.

Lo cierto es que cada una de estas declaraciones y otras  se han convertidos en excusas para no tomar responsabilidad por los resultados que obtengamos en la vida!

Hay un ejemplo en la Biblia de una mujer que hizo tal declaración “Si tan solamente tocare el manto de Jesús seré sana”, y ustedes conocen la historia de que fue sana. Para aquellos que no la conocen la pueden encontrar en el Evangelio de Marcos 5:25-34. Ella tuvo la fe, la perseverancia, la responsabilidad, la creatividad, el compromiso, el deseo, la actitud de una persona dispuesta a enfrentar los obstáculos y sobreponerse a ellos para lograr buenos resultados. Ella se atrevió, venció cada uno de sus temores, no tenía dinero, no tenía contactos,  solamente estaba comprometida con su sueño. Ella alcanzó el éxito.

Ahora si tan solamente usted cree que tendrá éxito le aseguro que lo tendrá.

En primer lugar, es necesario tener una visión muy clara de lo que quieres lograr. Esta mujer quería su sanidad. ¿Qué quiere lograr usted?
Nunca va a llegar a la meta, si no tiene claridad en lo que quiere lograr. Tómese el tiempo para definir realmente lo que quiere. La visión
es un punto de partida, no el de llegada.

Lo segundo que debe hacer es tener un plan, diseñe los pasos que le llevarán hacia su meta. Sea flexible, no sea rígido en su planificación más debe mantener una disciplina. Imaginen que esta mujer era considerada inmunda, estaba completamente apartada de la sociedad, tuvo que ingeniárselas para llegar a Jesús.

Una vez que tenga su plan, recuerde que todos los días tiene una oportunidad de avanzar. Descarte cada una de las excusas.  Cada día debe evaluarse y preguntarse ¿Cuánto me acerque a mi meta? Así tendrá la oportunidad de hacer ajustes.

Probablemente lleguen días nublados y piense que no lo va a lograr, probablemente se llenará de desánimo pero no se rinda. Me imagino a la mujer en medio de la multitud que sigue a Jesús luchando con sus temores pero sin vacilar, cuantas cosas pudieron haberle dicho, más ella estaba enfocada en su visión de ser sana. A pesar de que sienta que no está teniendo éxito, sea persistente y siempre marche hacia adelante. Siempre he dicho que Dios nos diseñó para ir hacia adelante y recuerda que una persona de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

Si usted se compromete con su plan, de seguro va a ser recompensado. Hay premio para la responsabilidad, para la constancia, para los que se esfuerzan. Vuelvo a la historia de la mujer y encuentro que ella estaba comprometida con su plan de tocar el manto de Jesús para ser sana y lo logró. Jesús pregunta ¿Quién tocó mi manto? Y al cabo de unos minutos ella tomó responsabilidad, y Jesús le dice: «Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento».

Si tan solamente cree y se llena de optimismo, con una visión clara junto a un gran plan y se pone en acción por sus sueños se va a encontrar con grandes premios. Debe creer que vale la pena.

En amor y liderazgo,

Pedro Sifontes
Coach y Conferencista
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