NegacionExisten pocos lugares en las Escrituras más apasionantes que II de Samuel Capítulo 12, el encuentro entre el Rey David y su amigo amado Nathan.

“Tan grande fue el enojo de David contra aquel hombre, que le respondió a Nathan: ¡tan cierto como que el Señor vive, que quien hizo esto merece la muerte! ¿Cómo pudo hacer algo tan ruin? Ahora pagará cuatro veces el valor de la oveja. Entonces Nathan le dijo a David, ¡Tú eres ese hombre! Así dice el Señor Dios de Israel, “Yo te ungí como rey de Israel, y te libré del poder de Saúl. Te di el palacio de tu amo… y por si esto hubiera sido poco, te habría dado más. ¿Por qué entones despreciaste la Palabra del Señor haciendo lo que me desagrada?”

David tenía un problema. Estaba enfadado por la historia del hombre rico robando el cordero del hombre pobre porque él estaba realmente muy enfadado consigo mismo y no podía verlo. Usted ve que, el problema real de David era su adicción al sexo. Rompería eventualmente su familia y traería a este hombre, que tenía un corazón para Dios como ningún otro, al hoyo de la desesperación.

La adicción sexual es completamente devastadora, pero aquel involucrado en la adicción generalmente no puede ver el problema debido a la negación.

David, al igual que cualquier otro adicto, atravesó una secuencia elaborada de eventos para cubrir su problema. El engañó a Urías, el marido de Betsabé, y eventualmente lo mató. Luego se casó con Betsabe para cubrir el adulterio. Incluso después de que Natán sacó a la luz el problema con amor, David nunca trató con el problema en su familia. Esa es la razón por la cual la profecía de que una espada nunca se apartaría de su casa se hizo realidad. Los pecados del padre visitaron a las siguientes generaciones.

¿Siempre sorprende por qué Salomón quien era tan sabio, sin embargo terminó actuando como un tonto? Póngase usted mismo en el lugar del joven Salomón. Sólo imagine como habría sido escuchar los cuchicheos de los criados y de otros miembros de la familia y darse cuenta de que su padre había asesinado el primer marido de su madre. Imagine su confusión cuando usted ve la desesperación de su hermana mayor al ser violada por su hermano (II de Samuel 13), y a pesar de todo esto ver a su padre haciendo y diciendo nada aparte de su cólera.

Describa el caos en su alma cuando usted se entera que los criados de su hermano mayor, Absalom, habían asesinado a otro hermano, Amnón (II de Samuel 13). ¡Imagínese lo que se siente para huir de Jerusalén con sus padres porque Absalón ha reunido un ejército que amenaza con destruir a su padre y su reino!

Las emociones intensas en esa familia habrían sido suficientes para hacer a alguien eventualmente actuar como un tonto, si el dolor no fuera tratado con, a pesar de un obsequio de sabiduría dado por Dios. Mi punto en examinar la dinámica de la familia de David es simplemente para subrayar el terrible dolor que la negación puede brindar en nuestras vidas….ESPECIALMENTE CUANDO PROVIENE DE PROBLEMAS SEXUALES.
Negación y Engaño

La negación es una reacción humana normal a situaciones que traen demasiado dolor emocional para nosotros y lidiar con todas ellas en un solo momento. Esta respuesta automática dentro de nosotros se vuelve una barrera interna para manejar el dolor emocional inicial, con el propósito de que podamos funcionar actualmente. Esa es la razón por la qué decimos cosas como, “Yo no puedo creer que esto me está pasando a mí” en medio de experiencias profundamente dolorosas. Esto es algunas veces una reacción inconsciente a las dificultades de la vida.

Pero la forma y el tipo de negación de David, pueden incrementar profundamente nuestro dolor y luchas, es la forma consiente, donde nos justificamos y nos engañamos a nosotros mismos a pensar que realmente no estamos transgrediendo nuestro valor, o nuestro pensar:

“Soy solamente un hombre, usted lo sabe.”

“No soy tan malo como el siguiente tipo.”

“No puedo ayudarme a mí mismo.”

La negación nos ata a la siempre amplia grieta entre lo que decimos y lo que somos. Cuando la negación consiente continúa durante un período sostenido, el engaño sigue y empezamos a perder a alguien muy cerca de nosotros…nosotros mismos. En lugar de ver el precio que hemos pagado, de ver las personas a quienes podríamos haber lastimado, y de ver a la persona en la que nos estamos volviendo, la negación nos engaña a practicar el engaño para manejar el dolor. Aún mientras el engaño nos salva de una verdad dolorosa, nos causa que nosotros nos traguemos otra mentira – la creencia de que alguien más o alguna otra cosa son el problema.

Sobre esto es lo que el engaño trata. Es una percepción retorcida de la realidad originada afuera del dolor y negación personales, una opinión totalmente irrealista y torcida de la verdad. El proceso de la adicción sexual construye paredes de defensas mentales para protegernos de la verdad, pero el resultado es que nunca podemos superar el problema mientras la negación y el engaño persistan.

En su parte más débil, el engaño convence a otros de que todo está bien y protege al adicto de la culpa del problema. En su parte fuerte, el engaño realmente consigue convencer al adicto mismo. Una de las más frustrantes, y aún más provechosas, lecciones que he tenido que aprender en consejería de hombres que luchan contra las adicciones sexuales, es que su engaño frecuentemente es sincero. Ellos sinceramente piensan que no tienen ningún problema.

El resultado es un sistema de creencia que permanece intacto, a pesar de las consecuencias negativas, el dolor y acumulación de vergüenza interior. Los previene de ver los efectos devastadores que la adicción sexual les inflige, sobre aquellos que ellos aman, y sobre aquellos que los aman a ellos. Esta es la razón por la que ellos pueden sinceramente prometer una y otra vez abandonar eso. El engaño es el por qué preguntas como, “¿Usted no ve lo que usted está haciendo y usted mismo y a otros?” no va a ayudar. Ellos sinceramente no lo pueden ver.

Nuestros sentimientos constituyen “Indicadores de advertencia.” estupendos. Ellos nos dicen cuándo tenemos que concentrarnos en ciertas áreas de peligro de nuestra vida, o que nosotros estamos en necesidad de reparación emotiva. Pero cuando estamos en negación, enterramos profundamente estas emociones. Y cuando nos trasladamos al engaño, nosotros literalmente desconectamos las emociones y los recuerdos dolorosos, pero ellos están al acecho fuera de nuestra vista. Ellos son como bolas de playa gigantes que hemos empujado bajo las aguas superficiales de nuestra vida. Esa es la razón por la cual no podemos experimentar nuestras emociones claramente, y no podemos prestar atención a sus señales de cuidarnos a nosotros mismos. Los adictos sexuales no se cuidan a si mismos en una manera que los alimente. Nosotros solamente podemos sentir el adormecimiento o un sentido vago de la ansiedad la mayor parte del tiempo, y cuándo un sentimiento los hace sueltos, surge con fuerza exagerada, estallando en la superficie como una de esas bolas de playa, chocando con aquellos más cercanos a nosotros. La reacción de cólera de David a la historia de Natán es una ilustración clásica de exactamente lo que nosotros estamos hablando.

Detente en tu negación, admite que hay un problema y mira a Jesús como el Salvador que esta listo para ayudarte y liberarte. Este es tu día.

Dr. Ted Roberts.
www.puresedire.org
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