La semana pasada lleve a mí hijo a comer a un restaurante. Mi hijo de dos años me preguntó si podía bendecir la mesa antes de comer lo que nos habían traído. Mientras inclinamos nuestras cabezas, y plegamos nuestras manos, mi niño dijo:
– Dios es bueno, Dios es grande. Te doy gracias por los alimentos que vamos a comer y te agradecería aún más si mamá nos da helado como postre. Y que haya libertad y justicia para todos. Amén.
Junto con algunas risas que provenían de las mesas de a lado, escuché a una mujer decir:
– Eso es lo malo de este país. Los niños de hoy ni siquiera saben como orar. Preguntarle a Dios por un helado?. ¡Que tontería!.
Al escuchar tan duro comentario, mi hijo rompió a llorar y me preguntó si había hecho algo malo y si Dios estaría molesto con él. Lo abracé y sequé sus lágrimas diciéndole que había hecho un magnífico trabajo y que Dios de ninguna manera estaría molesto con él.
Tan pronto acabe de decir estas palabras cuando un anciano se aproximó a nuestra mesa. Le hizo un pequeño guiño a mi hijo, se agachó a su costado y le dijo:
– Estoy seguro que Dios pensó que fue muy buena tu oración.
– En verdad respondió mi hijo.
– Totalmente seguro. Luego en susurros le dijo: “Es lamentable que ella – Señalando a la mujer con el dedo- nunca le pida a Dios por un helado. A veces, un poco de helado es bueno para las almas”.
Naturalmente compré helados para mi hijo para el postre. Luego de terminar su helado mi hijo se quedó un poco pensativo e hizo algo que nunca olvidaré por el resto de mi vida.
Sirvió un poco de helado en uno de los platos que había sobre la mesa y sin pronunciar ni una sola palabra camino por el restaurante y se paró frente a la señora.
Con una gran sonrisa le dijo:
-Esto es para usted. A veces, el helado es bueno para las almas y la mía ya tuvo suficiente.
Blanca Morales.
Mateo 19:14 Y Jesús dijo: Dejad á los niños, y no les impidáis de venir á mí; porque de los tales es el reino de los cielos.
Hermoso, quisiera encontrar alguna palabra para describir la dicha y la ternura que la FE de un niño nos hace callar de alegria, entonces es cuando nuestras lagrimas hablan, No hay mejor lenguaje
esta linda la historia reflexiva para nosotros
y nos ayuda a saber que aun los pequeños nos pueden enseñar cosas que ni aun nos podemos imaginar
ver la manera que comparte la bendición con esa persona que hace instantes lo criticaba
esto me enseño que muchas veces nos critican y luego espesamos a mirar de lejos a tales personas
pero me recordó este versículo de la palabra que dice:
1º corintios 14:20
20 Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.
si a ser como este niño en la malicia y maduro en el modo de pensar…
SIMPLE Y SENCILLAMENTE :GRACIAS !! ESTA REFLEXION FUE UN HELADO PARA EL ALMA, BUENO ESO ENTRE UNA QE OTRA LAGRIMILLA, JAJA!!
Realmente y Muchas veces recibimos GRANDES enseñanzas de nuestros PEQUEÑOS:: èsta Relexiòn ha llegado a mi corazòn, a todo mi ser.. y, es de gran importancia Compartirlo…ES MI SENTIR!! y, por supuesto lo pondrè en PRactica y ademàs PONDRE MAS ATENCION A TODO, EN TODO….DIOS, NUESTRO DIOS Y SEÑOR “NOS” HABLA y usa distintas FORMAS, MOMENTOS…GRACIAS MI DIOS Y SEÑOR, JESUCRISTO AMADO!!
Aun en cosas tan pequeñas..!!!! Dios se manifiesta en nuestras vidas. Por eso te AMO PADRE CELESTIAL y Gracias por estar en mi vida,. te percibo en todo ..!!!!! TU haces la diferencia