Un joven reportero en una ocasión entrevistó a un triunfador hombre de negocios. El reportero le pidió que le diera un historial detallado de su compañía. Mientras el hombre hablaba extensamente, el reportero comenzó a asombrarse de los muchos problemas que este había vencido. Al final le dijo:
-¿Pero cómo venció tantos problemas de tal magnitud?
El anciano caballero se echó hacia atrás en su silla y dijo:
– En realidad no hay ningún truco en cuanto a esto. Luego añadió:
– Sabes, …hay algunos problemas que parecen tan grandes que no puedes pasarles por encima.
El reportero asintió, pensando en experiencias por las que atravesaba en el presente.
– Y -el sabio hombre de negocios prosiguió-, hay algunos tan anchos que no puedes darles la vuelta.
De nuevo, el reportero asintió. El hombre continuó levantando su voz de forma dramática:
– Y hay algunas dificultades tan profundas que no puedes cavar por debajo de ellas.
Ansioso por una solución, el reportero le dijo:
-¿Sí? ¿Sí?
-Es entonces -concluyó el hombre-, cuando sabes que la única forma de vencer el problema es bajar tu cabeza y embestirlo.
El problema rara vez disminuye mientras la persona esta de pie y mirándolo de frente. Pero cuando buscas con diligencia una solución, está garantizado que tu problema disminuirá.
No hay problema que pueda dominar la diligencia.
Proverbios 10:4
Pobre es el que trabaja con mano negligente, mas la mano de los diligentes enriquece.
Agradecer a Dios nuestro Señor, por tal valiosos mensajes que día con día, sirven para alimentar mi alma y ponerme en manos de nuestro Señor. Gracias