Cuando se desea algo y se trabaja en equipo se puede llegar mucho más lejos de lo que se cree.
SE PUEDE “MARCAR LA DIFERENCIA”!!

Cuando se desea algo y se trabaja en equipo se puede llegar mucho más lejos de lo que se cree.

El fútbol, como la vida, tiene las barreras que cada uno de nosotros queramos ponerle. Que se lo digan a los diez niños de Koh Panyee, una aldea flotante de pescadores del sudoeste del Tailandia, que en 1986 pelearon por un sueño imposible y lo transformaron en realidad.

A mediados de los ochenta, los jóvenes de Koh Panyee sufrían viendo a sus ídolos del fútbol por televisión. Ellos no podían jugar al deporte que más amaban. Vivían en un pueblo diminuto (de solo 1.000 habitantes) construido en madera sobre el cauce de un río. Allí, cada metro cuadrado valía oro. Era una utopía poder tener un campo de fútbol.

Pero el Mundial de México iba envalentonando cada día a estos chicos hasta tal punto de que, incluso aguantando las burlas de sus vecinos, decidieron construir un campo flotante con tablas viejas de madera y restos de barcos. Dicho campo estaba lleno de clavos y astillas, el balón se iba al agua con demasiada frecuencia y tenáin que jugar descalzos, tres impedimentos que les hicieron desarrollar unas habilidades fabulosas y una técnica excepcional que pronto dieron sus frutos.

Un día llegó a Koh Panyee una notificación de un campeonato local, la Pangha Cup, y se apuntaron. E incluso los vecinos, que nunca confiaron en su idea y se mofaban de llos, hicieron una recolecta para comprarle equipaciones. En dicho torneo, contra todo pronóstico, llegaron a semifinales, y eso que jamás habían competido contra nadie. Su heroicidad les hizo convertirse en el orgullo de la aldea y del país y dejó un legado impagable.

Hoy, el Panyee FC es uno de los equipos juveniles más laureados de Tailandia. De hecho ha logrado el título del Campenato de Juveniles del país en siete ocasiones: 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010. Una historia que demuestra una vez más una lección de vida incuestionable: nada es imposible.

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