El diccionario de la Real Academia de la lengua española define al miedo como: “Una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. De una manera sencilla, sin la pretensión de ser experta en el área, entendemos que según la psicología, el miedo le permite al ser humano adaptarse al medio, ya que las emociones producidas ante el peligro inminente le proporcionan la capacidad de reacción y, por ende, de defensa. Es también considerado como una de las emociones primarias derivadas de la confrontación con la amenaza.
De acuerdo a las ciencias sociales el miedo puede aprenderse en la sociedad, de hecho, es factor primordial en el desarrollo del individuo al permitirle establecer límites dentro de su campo de acción, para no incurrir en situaciones que amenacen su integridad. Es esa “emoción primaria” que nos permite dar una respuesta para defendernos y al mismo tiempo adaptarnos. Además, estas ciencias también expresan que de la misma manera que el miedo se aprende, también se puede aprender a no tener miedo.
Y eso es precisamente lo que anhelo y en lo cual trato de entrenarme todos los días, a aprender a vivir sin miedo. Porque vivir con miedo es vivir en la cárcel de nuestros pensamientos; es sentir que esa “perturbación angustiosa” va perdiendo su temporalidad para convertirse en un estado casi permanente. Es como una batalla constante de nuestro ser interior. Una batalla que mantiene nuestros músculos tensos y nuestra respiración muy corta. Una batalla sin tregua que va consumiendo nuestras fuerzas.
No es una tarea fácil dejar de sentir este miedo cuando vivimos rodeados de un peligro real que amenaza constantemente contra nuestras vidas. Pero no podemos convertirnos en ermitaños en nuestras cuevas. Debemos ser muy prudentes, pero jamás permitir que este estado de anarquía e indiferencia nos arranque el derecho a vivir sin miedo. El derecho a sentir que nuestro corazón late a su ritmo fisiológico y no que defendiéndose quiera salirse de nuestro pecho y siga latiendo aceleradamente cada día.
“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Este es un derecho fundamental del hombre y todas las naciones están en la obligación de convertirlo en su máximo ideal. Y de esforzarse en promoverlo en sus instituciones mediante la educación y el respeto para asegurar que cada individuo sea plenamente capaz de disfrutarlo.
Al pensar en esto, siento que la manera de transformar la fuerza del miedo que destruye y anula, en una fuerza positiva que nos levanta, es acercándonos a Aquel que nos dio la vida y nos ha prometido una existencia con paz y sin miedo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Juan 4:27
rosymoros@gmail.com
Yo creo que Dios tiene el control de todo y de todos, lo mas importante para nosotros es depositar nuestra confianza en El, echando fuera el temor, Dios y nosotros somos mayoría.
LOS Felisito muy linda pagina me encanta .es todo mi comentario gracias por la oportunida de partisipar<
Berdaderamente.interesante el tema.un buen mensaje para refleccionar.
Gracias por la reflexión,es verdad todos experimentamos miedo ante los hechos o problemas que nos acontecen en la vida,sin embargo es una emoción que puede ser controlada con la ayuda de Dios,solos no podemos es necesario poner nuestra absoluta confianza en Dios.El miedo paraliza,detiene,destruye,anula,afecta nuestra salud,es un obstáculo de la fe.El miedo es una herramienta que usa satanás para alejarnos de Dios y la verdad,nos priva de las bendiciones de Dios.La palabra de Dios dice:”En el amor no hay temor,sino que el perfecto amor echa fuera el temor;porque el temor lleva en sí castigo.De donde el que teme,no ha sido perfeccionado en el amor”(1 Juan 4:18).Entonces el antídoto contra el miedo es llenarnos del amor de Dios y como nos llenamos del amor de Dios? Practicando el amor,es decir ayudando desinteresadamente a nuestro prójimo,poniendo primero nuestra mirada en las necesidades de los demás,antes que en las nuestras.El Señor Jesús dijo:”Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido,sino para servir,y para dar vida en rescate por muchos”(Marcos 10:45).
SI HAY FE Y CONFIANZA EN DIOS NO DEBEMOS TEMER.