“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna”. Judas 21.

Hoy, necesito ser más sensitivo a la necesidad del amor de Dios. Se que he sido egoísta en esto, pensando solo en la necesidad de mi amor y en como podría satisfacer esto. Lo que encuentro en la Biblia no solo es que el amor de Dios me llega y me satisface, pero que aún más Dios me pide que lo ame. Jesús le preguntó a Pedro: “Pedro me amas”. Tres veces lo hizo y creo que hoy , la pregunta llega hasta mi corazón.

Cuando el Señor me pregunta si le amo, en realidad él lo sabe, pero esta pidiéndome que se lo demuestre y que le de evidencias claras de lo que yo le digo con frecuencia. El amor nunca será satisfecho con abstracciones, sólo con evidencias tangibles. Cada día estoy propenso a no conservarme en el amor de Dios… Cuando la Palabra de Dios dice: conservaos, en realidad está diciendo, manténte dentro de ese circulo en el cual no sólo recibe , pero también, das.

Hoy pienso en la multitud de veces que sólo he querido disfrutar del amor de Dios, pero no me he dado de una manera clara y precisa hacia él. Se me olvida que el amado, necesita amantes, el Salvador necesita pecadores, el adorado necesita adoradores. Se me olvida que no solo debo ser amado por él, pero amarlo a él, cuando en oración sólo llego con la larga lista de peticiones, las cosas que quiero recibir de él, las cosas que quiero que él haga por mi en vez de entrar en su presencia con frecuencia y solo para abrir mi corazón y dejar que suba ante su trono la ofrenda de olor grato de adoración y amor y entonces sentir su dulce rocío de amor y bendición. 

Gracias Señor por tu presencia y tu bondad. Hoy quiero conservarme en tu amor, dulce y poderoso. No, Hoy no quiero perder de vista la gran oportunidad de recibir tu amor, pero también expresarlo. Aunque tú habitas en los cielos, quieres también estar cerca de mi, y en mi, y que yo a la vez llegue a ser uno contigo en un compañerismo personal.

Señor ahora entiendo lo que quieres decir en Deuteronomio 32:9 “La porción del Señor es su pueblo”. Santidad es tu mas grande requerimiento, pero tu pueblo es tu más grande deleite. Señor ayúdame a deleitarme en ti con cien maneras de expresarte mi amor .

Hoy entiendo que puedo amarte porque tu primero me amaste. Si me conservo en tu amor, descubriré que la vida entonces tiene sentido y fuerza. La fuerza que al venir de ti me llena y satisface para vivir este día con la satisfacción de amarte y ser amado. Gracias Señor. Amen.

Serafín Contreras Galeano
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