La intolerancia hacia las fallas del cónyuge es una peligrosa bomba de tiempo!

La intolerancia se define como la falta de la habilidad o la voluntad de tolerar algo. Es la ausencia de tolerancia de los puntos de vista de otras personas. Una mente inteligente es altamente tolerante.   La intolerancia tiene su fundamento en el egoísmo, el orgullo y la inmadurez de las personas, ya que una persona intolerante defiende sus puntos de vista en su visión subjetiva de las cosas, no reconoce errores y frecuentemente ataca emocionalmente a quienes no están de acuerdo con su posición.

La intolerancia en el Matrimonio tiene que ver con la actitud de irrespeto, falta de perdón, ofensas agresivas y siempre haciendo ver al otro como culpable de los problemas; al menos de la mayoría! La intolerancia desanima al compañero(a) y después de un tiempo pierden interés en la relación, se separan emocionalmente y pueden llegar a separarse definitivamente.

La intolerancia es fuerte enemiga del Matrimonio y debe ser combatida a toda costa para lograr obtener un Matrimonio saludable. Si la causa de la intolerancia es el egoísmo, el orgullo y la inmadurez, entonces para resolver este problema, debemos usar el antídoto en cada una de esas tres áreas.   El antídoto contra el egoísmo es el amor, porque el amor es servicial y siempre está en función del bienestar del cónyuge. I Cor 13.

El antídoto contra el orgullo es la humildad. Una actitud de humildad siempre está dispuesta a reconocer errores, a pedir perdón y a perdonar. La actitud de humildad no contiende ni acusa, ni exige nada. El antídoto contra la inmadurez, es el conocimiento de la palabra de Dios y la disposición a ponerla en práctica en nuestra propia vida.

Efesios 4:2-3: con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz .

Efesios 4:31-32: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. No importa si tienes la razón o no, dale siempre a tu cónyuge una salida digna. Eso es tolerancia y amor.

Toma hoy la decisión de ser más tolerante, primero con tu cónyuge. Escúchale con más atención, trata de entender su punto de vista, no impongas tu criterio. Dios nos manda a tomar la decisión de ser humildes y decidir soportarnos unos a otros con paciencia y con mucho amor.

Toma la firme decisión firme de renunciar a la amargura, el enojo, la ira, los gritos y toda mala palabra de nuestras bocas. Frecuentemente tenemos estas actitudes por falta de perdón, por lo cual, tenemos que tomar la decisión de perdonar a toda persona que nos hirió en el pasado, comenzando por nuestros padres y personas cercanas a nosotros.

Perdonar y bendecir a quienes nos han hecho daño, nos librará de toda amargura y podremos obedecer la palabra de Dios en nuestra vida. Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

Luis y Hannia Fernandez

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