“Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor” 1 Corintios 13:13 (NVI)

Hay un dicho popular que dice: “La esperanza es lo último que se pierde”, sin embargo lo que he podido notar en muchas personas que lo primero que pierden es la esperanza. Hablar de la esperanza es hablar del futuro, es hablar de los sueños que nos gustaría ver realizados en nuestra vida.

En los tiempo que vivimos hoy todos necesitamos que nos inyecten una dosis de esperanza, sin ella la vida se nos hace cuesta arriba como también se nos puede ir cuesta abajo. ¿Alguna vez se preguntó hay esperanza para mi? o ¿Hay esperanza para mi matrimonio? ¿Cómo puedo obtener esperanza?

Puedo responderte que si estas leyendo esta reflexión es que hay esperanza para ti, la esperanza está dentro de ti y puedes obtenerla en primer lugar confiando en Dios y en cada una de sus promesas. El es fiel y quiere lo mejor para tu vida. Tú no vives de casualidad, tú vives porque El te creó con un propósito.

Muchas personas al vivir sin propósito  han perdido la esperanza y esto trae como consecuencia que pierdan sus sueños. Al no tener un propósito claro y definido se engendra una falta de esperanza. Y es muy diferente cuando conoces tu propósito, porque tienes enfoque, disfrutas el presente y caminas hacia tu destino.  Conocer tu propósito te da esperanza, produce fe y aumenta la confianza. Desconocerlo produce angustia, incertidumbre, falta de fe. ¿Conoces tu propósito?

Lo otro que necesitas para obtener esperanza es cambiar de actitud. Tú puedes elegir con que actitud quieres vivir con una de quejas o con una actitud de acción de gracias. Mucho de la actitud que tenemos en nuestra vida depende de como alimentamos nuestro espíritu y nuestra mente. Si constantemente estoy escuchando o leyendo cosas negativas lo más probable es que reaccione negativamente. En cambio si leo o escucho cosas positivas mis reacciones serán positivas.

“La vida es 10% de las cosas que me pasan y 90% de como reacciono ante ellas” Chuck Swindoll

Una actitud positiva trae expectativas positivas y esto brinda esperanza. ¿Cuál es tu actitud ante la vida?

Ahora no es solamente conocer el propósito, desarrollar una buena actitud, también es importante controlar las palabras que decimos. Hay un poder en cada de las palabras que nos decimos a nosotros mismos. De tu boca solo pueden salir dos clases de palabras: bendición y maldición, no hay término medio. Lo que nos decimos a nosotros mismos a su tiempo se convierte en realidad, no los creemos. Es importante que puedas hablarte a ti mismo como un ganador, que te hables a ti como un vencedor o como Dios dice que tu eres. Las palabras que te digas crearan esperanza o desesperanza. ¿Cuáles son las palabras que mas te dices?

“…En tu palabra he puesto mi esperanza.” Salmo 119:81b (NVI)

Por último para obtener esperanza debes actuar en fe. Santiago nos recuerda que la fe sin obras es muerta. Si no tomas acción en tu vida nada va a suceder, tienes que moverte en dirección hacia lo que quieres lograr. Cada día debes avanzar, no te detengas en la búsqueda de la felicidad, si crees debes actuar. ¿Qué pasos debo dar para salvar mi matrimonio? ¿Qué pasos necesito hacer para alcanzar mis sueños?
La vida es un viaje donde todos los días estamos aprendiendo y cuando aprendo crezco, y cuando crezco disfruto la vida. Hoy es un buen día para desarrollar esperanza, para retomar esos sueños y cumplirlos. Tu pasado no determina tu futuro. Tus fracasos no determinan tu destino. No dejes que las circunstancias te detengan, tampoco dejes que las excusas gobiernen tu vida.

Atrévete  a cambiar, a soltar el pasado por un futuro mejor. Haz que brille la esperanza en tu vida. Hoy es el mejor día.

En amor y esperanza,

Pedro Sifontes
Coach Personal
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