Max, fue siempre un buen amigo. Aunque nuestras diferencias económicas eran abismantes . Yo, hijo del pastor de la Iglesia a la cual ellos asistían; Él, hijo de un inmigrante Alemán, que había levantado una fortuna con la fabricación de artículos que eran únicos en el país.
Pero, estas diferencias, no contaban a la hora de disfrutar nuestra amistad.
Ambos crecimos, nos casamos y formamos nuestras familias. A mi vez, yo llegué a ser pastor de una Iglesia a unos 100 Kms. De la Iglesia donde nos criamos.
Un día nos encontramos en la calle de la ciudad mayor; yo, presionado por la hora, sabiendo que tenía una reunión importante con el cuerpo de ancianos y El, relajado, contento del encuentro, tratando de alargarlo.
¡Hombre!, un café, conversemos un poco, nunca nos damos tiempo. Escucha, tomémonos un café y dialogamos; luego te paso mi auto y vas a atender la reunión. Ganarás por lo menos 45 minutos, los que podremos aprovechar.
Sucumbí a la oferta y disfrutamos los minutos, riéndonos y recordando nuestros tiempos de jóvenes. Luego, al parqueadero y las llaves del auto; pues, no era cualesquier auto. Era un Cadillac Seville americano que me quitó el aliento. No hombre, no pasa nada, ve nomás, a los temerosos le pasan cosas; yo confío en ti y en tus manos.
Admirado de la confianza y agradecido acepté y me fui. Llegué con adelanto a mi reunión, cómodo y muy alegre. Entonces, grité desde la puerta en son de broma, ¡cambié el auto; he comprado otro!.
Mi hijo, de unos 7 años, salió a la puerta corriendo, miró esa maravilla y volvió gritando. ¡Mamá, que auto ha comprado papá, ven a verlo! Y luego a sus hermanas en la planta superior ¡vengan a ver nuestro nuevo auto!
El no pensó de donde papá va a sacar dinero para un auto así. No razonó; papá es un pastor de un pueblo pequeño y tiene una furgoneta ¿cómo logro este cambio? Él, solo creyó en mi broma y ya era una verdad segura. Si papá lo dijo así era.
Me dolió desencantarlo y explicarle que era una broma espontánea y no había querido herirlo. Pero, lo entendió. Salimos a dar una vuelta en el Cadillac y quedó feliz.
Pero, Dios no nos engaña querido amigo, lo que El promete lo cumple y se goza cuando con la Fe de un niño creemos a pie firme que lo que ha dicho es fiel y verdadero.
….Si no os volvéis y hacéis como niños, no entrareis en el reino de los cielos. Mateo 18:2
Osiel Ibáñez- Chile
No será un craso error pero la cita correcta es Mateo 18: 3; aunque asumo que el propósito es que estemos listo y no leamos solamente la cita proporcionada…a seguir leyendo más. Dios les bendiga
Nuestra confianza debe descansar siempre en DIOS,EL es nuestro proveedor ALELUYA
quiero que me manden reflexiones cristianas que las mande3n a mi coreo xhtl_zubir@hotmail.com pofavor