Este padre tuvo la suerte de capturar con su cámara un momento invaluable. Mientras viajaba en auto, se dio cuenta de que el labio inferior de su hija comenzaba a temblar y sus cejas empezaban a fruncirse. Al poco tiempo, se estaba limpiando las lágrimas y abrazando a peluche. Una de las cosas más dulces que he visto en mucho tiempo y una muestra de la empatía de esta pequeña niña.
Los niños son un gran tesoro, su corazón es más grande que el de una persona adulta porque no pone límites a sus sentimientos y emociones.
Por algo, Jesús dijo, que debíamos ser como niños.
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Mateo 18:3
y dijo: De cierto os digo:
Si no os volvéis y os hacéis como niños,
no entraréis en el reino de los cielos.