Rowland V. Bingham, fundador de la Misión Interior de Sudan, fue herido seriamente una vez en un accidente de auto. Fue llevado con prisa al hospital en condición crítica.
El día siguiente, cuando estuvo consiente, le preguntó a la enfermera la razón del porque estaba ahí. “No trates de hablar ahora, simplemente descansa,” ella le dijo. “Has estado en un accidente.”
“¿Accidente? ¡Accidente!” exclamó Dr. Bingham.
“No hay accidentes en la vida de un Cristiano. Esto es solamente un incidente en la perfecta dirección de Dios.”
Salmos 116:8
Pues tú has librado mi alma de la muerte, Mis ojos de lágrimas, Y mis pies de desbarrar.
Salmos 126:5
Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
Apocalipsis 7:17
Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.
Romanos 8:28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.