Cuando llegue a casa esa noche mientras mi esposa servía la cena, la tome de la mano y le dije: tengo algo que decirte. Solo se sentó a comer en silencio. Yo podía observar el dolor en sus ojos. De pronto ya no sabía como abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que pensaba. Quiero el divorcio……le dije lo más suave que pude.
Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario, muy tranquilamente me pregunto, ¿por qué? Evite su pregunta con mi silencio, esto le hizo enfurecer. Tiro los utensilios y me grito, ¡no pareces hombre! Esa noche, ya no hablamos más. Ella lloraba en silencio. Yo sabía que quería saber que le había pasado a nuestro matrimonio. Pero yo no hubiera podido darle una respuesta satisfactoria.
Mi corazón ahora le pertenecía a Eloísa. Ya no la amaba, solo me daba lástima. Con un gran sentido de culpa, redacte un acuerdo de divorcio en el que le daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones de mi empresa Después de leerlo ella lo rompió en pedazos. La mujer que había estado diez años de su vida conmigo ahora era una extraña. Me sentí mal por todo ese tiempo y energía que desperdicio conmigo.
Todo eso que yo nunca le podría reponer. Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Eloísa.
Por fin mi esposa soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo esperaba desde el principio. Verla llorar me tranquilizaba un poco, ya que la idea del divorcio que me preocupaba tanto ahora era más clara que nunca. El siguiente día, llegue a casa muy tarde y ella estaba en la mesa escribiendo algo. Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso con Eloísa y tenía más sueño que hambre y mejor me retire a dormir.
Desperté en la madrugada, ella todavía estaba escribiendo. La verdad no me importo y solo me acomode de nuevo en cama y seguí durmiendo. En la mañana me presento sus condiciones para aceptar divorciarse: No quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio, me pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible. Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes en este mes y no lo quería mortificar con la noticia del matrimonio frustrado de sus padres. Esto era algo en lo que yo también estaba de acuerdo. Pero había más, me pidió que me acordara como la cargue el día de nuestra boda.
Quería que cada día de este mes, la cargara de nuestro cuarto hasta la puerta de la casa……. pensé que se estaba volviendo loca. Pero decidí aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara sin más peleas o malos momentos. Le platique a Eloísa de las condiciones que puso mi esposa……se rio bastante y pensó que era muy absurdo. Dijo en tono burlón: no importa los trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad que se van a divorciar.
Desde que le exprese mis intenciones de divorcio mi esposa y yo no teníamos ningún contacto íntimo. El primer día que la cargue se me hizo un poco difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos y dijo, papa me da gusto que quieras mucho a mi mama. Sus palabras me causaron un poco de dolor. Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente camine como diez metros con ella en mis brazos. Ella cerró sus ojos y me dijo al oído que no le dijera al niño del divorcio. Me sentí muy incomodo, la baje y ella camino a tomar el autobús para ir a trabajar.
Yo maneje solo a mi trabajo. El segundo día fue un poco más fácil. Ella se recargo ligeramente en mi pecho. Podía oler la fragancia de su blusa. Me di cuenta que desde hace tiempo no le había puesto mucha atención a esta mujer. Me di cuenta que ya no era tan joven, había un poco de arrugas en su cara, su pelo ya mostraba canas. Ese era el precio de nuestro matrimonio. Por un minuto me pregunte que si yo era el responsable de esto.
Al cuarto día, cuando la cargue. Sentí que regresaba un poco de intimidad. Esta era la mujer que me había dado diez años de su vida. El quinto y sexto día, me di cuenta que el sentimiento crecía otra vez. No le platique nada de esto a Eloísa. Conforme los días pasaban se me hacia mas fácil cargarla. Quizás el ejercicio de hacerlo me estaba haciendo más fuerte.
Una mañana la vi que estaba buscando un vestido para ponerse, pero no encontraba nada que le quedaba. Solo suspiro y dijo, todos mis vestidos me quedan grandes. Es ahí donde me di cuenta que por eso se me hacía muy fácil cargarla. Estaba perdiendo mucho peso, estaba muy pero muy delgada. De repente entendí la razón……estaba sumergida en tanto dolor y amargura en su corazón. Inconscientemente le toque la frente. Nuestro hijo entro en ese momento y dijo, Papá es tiempo que cargues a mamá.
El ver a su papá cargar a su mamá todos los días se le había hecho costumbre. Mi esposa le dio un fuerte abrazo. Yo mejor mire hacia otro lado por temor a que esta conmovedora imagen me hiciera cambiar de planes. Entonces la cargue, y empecé a caminar hacia la puerta, su mano acaricio mi cuello, y yo la apreté fuerte con mis brazos, justo como el día que nos casamos. Pero su estado físico me causo tristeza. Ese día, cuando la cargue sentí que no me podía ni mover. Nuestro hijo ya se había ido a la escuela.
La abrasé fuerte y le dije, nunca me di cuenta que a nuestra vida le hacía falta algo así. Me fui a trabajar…..salte fuera de mi auto sin poner llave a la puerta. Temía que cualquier momento podría cambiar de opinión…..subí las escaleras, Eloísa abrió la puerta y le dije, Lo siento mucho pero ya no me voy a divorciar. No podía creer lo que le estaba diciendo, hasta me toco la frente y me pregunto si tenía fiebre.
Quite su mano de mi frente y le dije de nuevo. Lo siento Eloísa, ya no me voy a divorciar. Mi matrimonio era muy aburrido porque ni ella ni yo supimos apreciar los pequeños detalles de nuestras vidas. No porque ya no nos amaramos. Ahora me doy cuenta que cuando nos casamos y la cargue por primera vez esa responsabilidad es mía hasta que la muerte nos separe.
Eloísa en este momento salió del shock y me dio una fuerte bofetada, y llorando cerro su puerta. Corriendo baje las escaleras y me fui de ahí. Pare en una florería, ordene un bonito ramo para mi esposa. La chica me pregunto que le ponía a la tarjeta. Sonreí y escribí, ” siempre te llevare en mis brazos hasta que la muerte nos separe”.
Esa noche cuando llegue a casa, con las flores en mis manos y una sonrisa en mi cara, subí a nuestro cuarto……..solo para encontrar a mi esposa en su cama…..Muerta .
Los pequeños detalles es lo que de verdad importa en una relación. No la mansión, el carro, propiedades o dinero en el banco. Estos crean un falso sentido de felicidad que no lo es todo. Mejor encuentra tiempo para ser el amigo de tu esposo o esposa, y tómense todo el tiempo necesario con esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Que tengan un feliz matrimonio
Autor Desconocido
No puedo parar de llorar… Es tan cierto lo que cuenta la historia.
Cuántos matrimonios no fracasarían si se estuviera más atento al cónyuge. Que la rutina no mate el matrimonio.
Debemos orar con nuestra(o) amada(o), postrarnos juntos ante el Señor, pedirle que nos de fuerzas, que nos una, que nos bendiga.
Gracias por esta reflexión,
Que el Señor les bendiga.
ES UN RELATO MUY CONMOVOVEDOR Y CONFRONTANTE PARA AQUELLAS PERSONAS QUE DEJAN MORIR MUCHAS COSAS BONITAS DENTRO DEL MATRIMONIO, SE ACABAN LOS DETALLES ENTRAN EN UNA MONOTONIA, RUTINA Y TODO SE VUELVE ABURRIDOR. Y MUCHAS VECES NO LUCHAMOS POR RECONSTRUIR LO QUE SE A DERRUMBADO. DEBEMOS LUCHAR UNA Y OTRA VEZ POR SACAR ADELANTE EL MATRIMONIO.
Es sobrenatural lo que Dios y sólo El hace en el corazón de cada uno de nosotros. Su palabra jamás llega y vuelve vacía. siempre algo queda! y nos pone a reflexionar. Definitivamente El es amor y todo el que tiene el privilegio de tenerle, puede sentir como El lo quiere. Dios Bendiga a Todas las personas que hemos tenido la oportunidad de leer esta verdadera historia. Y nos llene de su inmenso amor!!!!! y Gloria!!!!
La rutina destruye los mas intenso, el amor!!
Dia a dìa leo algunas historias y aunque paresca mentira, nos da justo en la herida, para algunos o recordar algun mal momento en nuestras vidas y en nuestro matrimonio.
Yo particularmente hablando, me paso algo similar mi esposa en ese entonces espero el momento, pero lo curioso no habia nadie de por medio por mi parte pero en el suyo era toda una caja de sorpresas que despues de casi siete años de matrimonio nunca llegue a conocer bien, quede muy mal emocionalmente y con un dolor en el alma que tuvo que pasar mucho tiempo, trate de recuperar mi matrimonio a mi esposa, intentando muchas cosas al punto de perdonar y seguir adelante aun sabiendo poco tiempo despues de que ella tenia otra persona, pero no fue asi, ya que lo que consegui fue mas desengaño, mentiras y un dolor en el alma, a pesar de no haber sido yo, quien decidiò la separaciòn.
Con dos ñiños uno de 4 años y otro de 2 meses de nacido en ese entonces, los amores de mi vida, tuve que soportar muchas pruebas, como en la reflexion, ahora ya son siete años que ha pasado y a pesar de todas las dificultades uno siempre encuentra apoyo.
Unos brazos que te sostienen y una voz que te dice calmate, no estas solo, yo estoy contigo. Siempre buscamos a alguien que nos diga lo que queremos escuchar pero la realidad es otra, ya que es demasiado tarde ver como la promesa de amor se rompe, no solamente por monotonìa en la relaciòn sino por diversos factores que la sociedad permite y uno mismo acepta sin darse cuenta de lo que se tiene hasta perderlo.
Hoy gracias a Dios y a nuestra Santisima Virgen Marìa, doy gracias por todo, por haberme enceñado el camino que tuve que seguir, ayudandome a soportar la tristeza de mis hijos en aquellas epocas; y Ahora la alegrìa y la dicha de saber que Yo su papà estoy en sus corazones y en su vida en todo momento con la gacia de saber de que a veces no es demasiado tarde para comenzar.
Crean en si, en vuestras parejas, vean dentro de si mismos, la pasiòn y el deseo se acaba, pero el amor verdadero y reciproco de una toda una vida es eterno en los buenos y malos momentos.
Que Dios y la Virgen Marìa los bendiga…