Muy buenos dias hermanos que Dios todo poderoso me les bendiga muchisiimo. yo siempre me he gozado muchisimo con los mensajes que a diario ustedes mandan ami correo, eso ha ayudado mucho a mi vida e spiritual… pero solo quiero hacerles saber que tengo 2 meses de no estar recibiendo sus mensajes preciosos. me gustaria que me los sigan enviando
La Oveja Perdida
Había un pastor que tenía cien ovejas. Una era de vellones blancos, buena, noble y obediente. Seguía a su amo por todas partes, y su amo le correspondía dándole mendrugos de pan.
Todas las ovejas del redil eran muy queridas. Su amo las cuidaba bien. Las llevaba a buenos pastos, no les dejaba entrar en campos verdes donde anidan las traidoras serpientes. Cuando estaban enfermas las cuidaba, les daba medicinas amargas, hierbas que curan aunque le costase ir a buscarlas a otras montañas.
Las ovejas amaban a su pastor, y el pastor amaba a sus ovejas defendiéndolas de los lobos, de las lluvias, de las malas hierbas.
A veces las ovejas se enfadaban porque preferían otros pastos, pero el solícito pastor las devolvía de buen grado o a la fuerza a los buenos pastos.
Un día pasó por aquellos campos un pastor. No era un buen pastor, porque ni llevaba báculo, ni hachuela con que defender a las ovejas. Pero llevaba un instrumento musical que dejaba oír hermosas canciones. Canciones que deleitaban los oídos, que enardecían el pensamiento, que llevaba la mente a lugares de ensueño
En sus manos llevaba un licor dulcísimo, pero embriagador y venenoso. No era la sal que el buen pastor les daba. Era como un vaho, como un líquido que perturbaba, que hacia buscar deleites engañosos, que adormecía los sentidos.
Y la ovejita blanca y candorosa al oírlo, al ver brillar sus pompas, al probar otra sal que el engañoso pastor iba dejando de propósito, se enamoró del pastor falso y lo siguió.
El mal pastor siguió caminando por lejanas y escarpadas montañas, pero teñidas de verdor ficticio , bañadas en falsa ilusión.
La ovejita lo seguía, iba comiendo de ese veneno que adormece los sentidos, iba soñando en nuevos horizontes. Y cuanto más comía mas sed tenia de seguir comiendo y bebiendo aquel veneno.
Al llegar el buen pastor al redil se da cuenta que le falta una oveja. Le falta la oveja inocente, la que él amaba por su inocencia, por su blanco candor.
Entonces deja a buen recaudo las otras 99 y se va tras el rastro de la oveja perdida.
Sube montañas, a veces resbala, a veces las retamas rasgan su ropa, pero sigue tras el rastro de esa oveja que tanto quiere.
Baja a los valles, atraviesa ríos, aguanta el calor del sol y la lluvia y el frio de las noches. Nada le importa con tal de hallar la oveja perdida.
Por fin una mañana, desde el alto de una colina divisa a la oveja en la lejana montaña. Apura el paso, sigue. Nada le importa que las piedras hieran sus pies. Está seguro que la encontrará.
Por fin la encuentra. La llama, pero la oveja se avergüenza y no quiere volver.
El pastor le dice: No temas. No te voy a castigar. Te amo y tus hermanas las otras ovejas también te aman. Todos estamos esperando que vuelvas al redil
Pero la oveja no se atreve a mirar a su pastor. Inclina más y más su cabeza. Quiere escaparse.
El pastor la toma en sus brazos. Encuentra que está herida. Herida de pasiones, herida de pecados, herida y sucia.
Le dice:
-No quiero que me temas. Déjate estar en mis brazos y dime: ¿Si yo te limpio, si yo curo tus heridas, si yo perdono tu culpa me volverás a amar?
La oveja llora. Se siente perdonada, se siente amada por aquel a quien tanto ha ofendido al marcharse de su aprisco, y toma la determinación de seguir siempre con su buen Pastor.
Entonces el pastor le dice.
-Tus heridas quedan curadas. Tu pecado queda perdonado. Tu culpa queda sepultada en mi corazón. Solamente tú y yo sabemos lo que ha sucedido. Ni tú ni yo contaremos a nadie tu culpa. Tus hermanas ni se enterarán.
Ahora volvamos al aprisco, donde todas las 99 te están esperan.
El buen pastor toma a esa ovejita en sus brazos. Ella quiere andar, quiere volver por su cuenta para no ser un peso a su Pastor cansado.
Pero el Pastor l dice:
-No, no. No te voy a soltar. Te llevo en mis brazos, junto a mi corazón. Aquí en mis brazos, oyendo el latir de mi corazón, que no son más que latidos de amor comprenderás cuanto te amo.
Y así la ovejita regresó a su redil
La oveja es nuestra alma cuando comete faltas. El Buen Pastor es Cristo y su doctrina. Cuando volvemos a Dios hay fiesta en el redil, hay fiesta en el cielo, porque esa ovejita estaba perdida y retornó a su Dios
C.Javier.
HNOS QUE EL SENOR LOS BENDIGA ESTOY AQUI EN PR Y VINE DE LA FLORIDA ACTUALMENTE ESTOY PERSEVARANDO EN UNA IGLESIA PERO TENGO MUCHOS DESEOS DE VOLVER PARA LA FLORIDA Y ME PASO LLORANDO YA QUE NO ME ACOSTRUMBO AQUI PUES ES TODO DIFERENTE PERO ESTOY PIDIENDOLE AL SENOR LA SALIDA PERO ME TEMO QUE NO PUEDO ESPERAR POR FAVOR DIGANME QUE PUEDO HACER
A veces amamos mucho a un lider, tal vez a una persona de la que hemos oido verdaderas proezas, y nos gusta saber como es, como habla, como lleva su cabello….
Eso es muy humano. Pero nosotros tambien somos aun humanos. Por eso voy a hacer un retrato de la Virgen nuestra Madre.
Maria no era muy alta. Ni alta ni baja. Una mujer de altura normal a sus 20 años, que es el punto donde voy a describirla.
Sus cabellos eran rubios, con un tinte a castaño. Se conoce que era de la famailia de David, que tambien era rubio y de ojos azules.
Maria tenia sus ojos azul-turquesa, lo mismo que Joaquin su padre. Se podria decir que Maria heredó los ojos de su padre Joaquin a quien se parecía mucho.
Maria tenía una piel hermosa, esa raza de mujeres nazarenas que parecen perfectas en su cuerpo. No era demasiado delgada, tampoco era obesa. Sin embargo su madre, Ana si que era mas bien gruesa y tenia los ojos marrones.
Maria tenia en su mirada un no sé qué que inspiraba ternura, candor, pureza…Su mirada era franca, lo mismo que la de Jesús. Cuando te miraba parecía que tenia el cielo azul-turquesa en cada uno de sus lindos ojos.
Maria tenía unas manos larguitas y finas, a pesar de que ella ha usado muchas veces la azada para cavar su huerto y cuidar sus flores.. Podria ser morena como muchas nazarenas, pero en el Templo, donde ha estado hasta pasar de los 15 años, no estaban al sol.
Maria tenía una voz muy fina, muy agradable, muy bella. Era su voz algo así como hablan algunas monjitas que parece que derraman suavidad en sus palabras. Voz fina y muy agradable.
Maria tenia los labios normales, ni gruesos ni finos. Sus dientes eran mas bien pequeños, al rebes de los de Jesús que eran mas bien larguitos.
Maria tenia una sonrisa imposible de describirla en toda su belleza, porque era la Inmaculada, la pura y la llena de gracia, cuya gracia rezumaba en todo su ser, en todo el resplandor de su sonrisa.
Maria tenia un porte y un andar muy delicado, porque Maria ha sido educada en el Templo, donde las encargadas de su educación cuidaban mucho el porte y la gracia de sus alumnas.
Maria era delicada como una flor, fuerte en sus decisiones como una roca, recta en todas sus acciones. No reprendía a nadie con severidad, no levantaba la voz jamás, ni siquiera cuando las circunstancias le hacian o pudieran hacerle enfadarse.
Maria nunca ha desdeñado charlar con cualquier clase de personas, buenas o malas, feas, viejas, de mal humor, o con corazones tiernos de niñas y niños.
Pensemos que su cuñado Alfeo, hermano de José tenia un genio muy fuerte, y que Maria, con su suavidad sabia calmar sus nervios.
Maria era muy inteligente y tenia muha educacion, porque en el Templo estudiaban todo cuanto debia saber una persona para la vida. Por eso Maria ha sido la única y exclusiva maestra de Jesús.
Es decir, Jesús no ha estudiado en ningún colegio. Su sabiduria humana la adquirió de Maria, su Madre. Además Maria fue maestra de Judas-Tadeo y de Santiago de Alfeo.
Maria era muy humilde. Nadie sabia de su sabiduria, ni de su inteligencia. Por eso los Evangelios nunca nos cuentan estas cosas, porque ella siempre quiso estar en el anonimato hasta que tuvo que tomar las riendas de la Iglesia, pero solo como Maestra. De ahí brota el Magisterio de Maria en la Iglesia.
Maria trabajaba en el telar. Hacia encargos para ayudar a José a sostener el hogar. Tejía, cosia, hilaaba, bordaba, traía el agua de la fuente, regaba las plantas de su huerto, las cuidaba, y su huerto era el mas hermoso de Nazaret.
Maria enviudó muy joven. Lloró mucho la muerte de José a quien quería muchisimo y a quien respetaba y a veces aconsejaba en sus dudas.
Maria después de enviudar se fue por los pueblos con Jesús las mujeres que tambien acompañaban a Jesús, como Elisa de Betsur, que habia sido su maestra en el templo, la mujer de Cussa llamada Juana, la Magdalena, Rosa de Jericó y otras, al igual que los Apóstoles.
Ella tambien se cansaba, pero sabía que Jesús se sentia feliz teniéndola a su lado y por eso lo acompañaba siempre que podía.
Maria, cuando murió Jesús era una mujer de cuarenta y pocos años. Vivió tal vez un mes en el Cenáculo, proiedad de Lázaro, y luego se fue a vivir al Getsemani con Juan, el Apostol
Maria no murió joven, Deberia tener tal vez sesenta y tantos años cuando murió. Y de la forma que ha muerto eso ya lo he dicho en otro escrito.
Javier.
BENDICIONES PARA TODOS LOS PORTADORES DE RENUEVO DE PLENITUD GRACIAS POR SUS HERMOSAS PALABRAS;QUE DIOS LOS COLME DE BENDICIONES Y DE MAS DE EL PARA QUE SIGAN COMPARTIENDO DE SUS HERMOSAS ENSEÑANZAS
Muy buenos dias hermanos que Dios todo poderoso me les bendiga muchisiimo. yo siempre me he gozado muchisimo con los mensajes que a diario ustedes mandan ami correo, eso ha ayudado mucho a mi vida e spiritual… pero solo quiero hacerles saber que tengo 2 meses de no estar recibiendo sus mensajes preciosos. me gustaria que me los sigan enviando
saludos
La Oveja Perdida
Había un pastor que tenía cien ovejas. Una era de vellones blancos, buena, noble y obediente. Seguía a su amo por todas partes, y su amo le correspondía dándole mendrugos de pan.
Todas las ovejas del redil eran muy queridas. Su amo las cuidaba bien. Las llevaba a buenos pastos, no les dejaba entrar en campos verdes donde anidan las traidoras serpientes. Cuando estaban enfermas las cuidaba, les daba medicinas amargas, hierbas que curan aunque le costase ir a buscarlas a otras montañas.
Las ovejas amaban a su pastor, y el pastor amaba a sus ovejas defendiéndolas de los lobos, de las lluvias, de las malas hierbas.
A veces las ovejas se enfadaban porque preferían otros pastos, pero el solícito pastor las devolvía de buen grado o a la fuerza a los buenos pastos.
Un día pasó por aquellos campos un pastor. No era un buen pastor, porque ni llevaba báculo, ni hachuela con que defender a las ovejas. Pero llevaba un instrumento musical que dejaba oír hermosas canciones. Canciones que deleitaban los oídos, que enardecían el pensamiento, que llevaba la mente a lugares de ensueño
En sus manos llevaba un licor dulcísimo, pero embriagador y venenoso. No era la sal que el buen pastor les daba. Era como un vaho, como un líquido que perturbaba, que hacia buscar deleites engañosos, que adormecía los sentidos.
Y la ovejita blanca y candorosa al oírlo, al ver brillar sus pompas, al probar otra sal que el engañoso pastor iba dejando de propósito, se enamoró del pastor falso y lo siguió.
El mal pastor siguió caminando por lejanas y escarpadas montañas, pero teñidas de verdor ficticio , bañadas en falsa ilusión.
La ovejita lo seguía, iba comiendo de ese veneno que adormece los sentidos, iba soñando en nuevos horizontes. Y cuanto más comía mas sed tenia de seguir comiendo y bebiendo aquel veneno.
Al llegar el buen pastor al redil se da cuenta que le falta una oveja. Le falta la oveja inocente, la que él amaba por su inocencia, por su blanco candor.
Entonces deja a buen recaudo las otras 99 y se va tras el rastro de la oveja perdida.
Sube montañas, a veces resbala, a veces las retamas rasgan su ropa, pero sigue tras el rastro de esa oveja que tanto quiere.
Baja a los valles, atraviesa ríos, aguanta el calor del sol y la lluvia y el frio de las noches. Nada le importa con tal de hallar la oveja perdida.
Por fin una mañana, desde el alto de una colina divisa a la oveja en la lejana montaña. Apura el paso, sigue. Nada le importa que las piedras hieran sus pies. Está seguro que la encontrará.
Por fin la encuentra. La llama, pero la oveja se avergüenza y no quiere volver.
El pastor le dice: No temas. No te voy a castigar. Te amo y tus hermanas las otras ovejas también te aman. Todos estamos esperando que vuelvas al redil
Pero la oveja no se atreve a mirar a su pastor. Inclina más y más su cabeza. Quiere escaparse.
El pastor la toma en sus brazos. Encuentra que está herida. Herida de pasiones, herida de pecados, herida y sucia.
Le dice:
-No quiero que me temas. Déjate estar en mis brazos y dime: ¿Si yo te limpio, si yo curo tus heridas, si yo perdono tu culpa me volverás a amar?
La oveja llora. Se siente perdonada, se siente amada por aquel a quien tanto ha ofendido al marcharse de su aprisco, y toma la determinación de seguir siempre con su buen Pastor.
Entonces el pastor le dice.
-Tus heridas quedan curadas. Tu pecado queda perdonado. Tu culpa queda sepultada en mi corazón. Solamente tú y yo sabemos lo que ha sucedido. Ni tú ni yo contaremos a nadie tu culpa. Tus hermanas ni se enterarán.
Ahora volvamos al aprisco, donde todas las 99 te están esperan.
El buen pastor toma a esa ovejita en sus brazos. Ella quiere andar, quiere volver por su cuenta para no ser un peso a su Pastor cansado.
Pero el Pastor l dice:
-No, no. No te voy a soltar. Te llevo en mis brazos, junto a mi corazón. Aquí en mis brazos, oyendo el latir de mi corazón, que no son más que latidos de amor comprenderás cuanto te amo.
Y así la ovejita regresó a su redil
La oveja es nuestra alma cuando comete faltas. El Buen Pastor es Cristo y su doctrina. Cuando volvemos a Dios hay fiesta en el redil, hay fiesta en el cielo, porque esa ovejita estaba perdida y retornó a su Dios
C.Javier.
HNOS QUE EL SENOR LOS BENDIGA ESTOY AQUI EN PR Y VINE DE LA FLORIDA ACTUALMENTE ESTOY PERSEVARANDO EN UNA IGLESIA PERO TENGO MUCHOS DESEOS DE VOLVER PARA LA FLORIDA Y ME PASO LLORANDO YA QUE NO ME ACOSTRUMBO AQUI PUES ES TODO DIFERENTE PERO ESTOY PIDIENDOLE AL SENOR LA SALIDA PERO ME TEMO QUE NO PUEDO ESPERAR POR FAVOR DIGANME QUE PUEDO HACER
Como era Maria de Nazaret.
A veces amamos mucho a un lider, tal vez a una persona de la que hemos oido verdaderas proezas, y nos gusta saber como es, como habla, como lleva su cabello….
Eso es muy humano. Pero nosotros tambien somos aun humanos. Por eso voy a hacer un retrato de la Virgen nuestra Madre.
Maria no era muy alta. Ni alta ni baja. Una mujer de altura normal a sus 20 años, que es el punto donde voy a describirla.
Sus cabellos eran rubios, con un tinte a castaño. Se conoce que era de la famailia de David, que tambien era rubio y de ojos azules.
Maria tenia sus ojos azul-turquesa, lo mismo que Joaquin su padre. Se podria decir que Maria heredó los ojos de su padre Joaquin a quien se parecía mucho.
Maria tenía una piel hermosa, esa raza de mujeres nazarenas que parecen perfectas en su cuerpo. No era demasiado delgada, tampoco era obesa. Sin embargo su madre, Ana si que era mas bien gruesa y tenia los ojos marrones.
Maria tenia en su mirada un no sé qué que inspiraba ternura, candor, pureza…Su mirada era franca, lo mismo que la de Jesús. Cuando te miraba parecía que tenia el cielo azul-turquesa en cada uno de sus lindos ojos.
Maria tenía unas manos larguitas y finas, a pesar de que ella ha usado muchas veces la azada para cavar su huerto y cuidar sus flores.. Podria ser morena como muchas nazarenas, pero en el Templo, donde ha estado hasta pasar de los 15 años, no estaban al sol.
Maria tenía una voz muy fina, muy agradable, muy bella. Era su voz algo así como hablan algunas monjitas que parece que derraman suavidad en sus palabras. Voz fina y muy agradable.
Maria tenia los labios normales, ni gruesos ni finos. Sus dientes eran mas bien pequeños, al rebes de los de Jesús que eran mas bien larguitos.
Maria tenia una sonrisa imposible de describirla en toda su belleza, porque era la Inmaculada, la pura y la llena de gracia, cuya gracia rezumaba en todo su ser, en todo el resplandor de su sonrisa.
Maria tenia un porte y un andar muy delicado, porque Maria ha sido educada en el Templo, donde las encargadas de su educación cuidaban mucho el porte y la gracia de sus alumnas.
Maria era delicada como una flor, fuerte en sus decisiones como una roca, recta en todas sus acciones. No reprendía a nadie con severidad, no levantaba la voz jamás, ni siquiera cuando las circunstancias le hacian o pudieran hacerle enfadarse.
Maria nunca ha desdeñado charlar con cualquier clase de personas, buenas o malas, feas, viejas, de mal humor, o con corazones tiernos de niñas y niños.
Pensemos que su cuñado Alfeo, hermano de José tenia un genio muy fuerte, y que Maria, con su suavidad sabia calmar sus nervios.
Maria era muy inteligente y tenia muha educacion, porque en el Templo estudiaban todo cuanto debia saber una persona para la vida. Por eso Maria ha sido la única y exclusiva maestra de Jesús.
Es decir, Jesús no ha estudiado en ningún colegio. Su sabiduria humana la adquirió de Maria, su Madre. Además Maria fue maestra de Judas-Tadeo y de Santiago de Alfeo.
Maria era muy humilde. Nadie sabia de su sabiduria, ni de su inteligencia. Por eso los Evangelios nunca nos cuentan estas cosas, porque ella siempre quiso estar en el anonimato hasta que tuvo que tomar las riendas de la Iglesia, pero solo como Maestra. De ahí brota el Magisterio de Maria en la Iglesia.
Maria trabajaba en el telar. Hacia encargos para ayudar a José a sostener el hogar. Tejía, cosia, hilaaba, bordaba, traía el agua de la fuente, regaba las plantas de su huerto, las cuidaba, y su huerto era el mas hermoso de Nazaret.
Maria enviudó muy joven. Lloró mucho la muerte de José a quien quería muchisimo y a quien respetaba y a veces aconsejaba en sus dudas.
Maria después de enviudar se fue por los pueblos con Jesús las mujeres que tambien acompañaban a Jesús, como Elisa de Betsur, que habia sido su maestra en el templo, la mujer de Cussa llamada Juana, la Magdalena, Rosa de Jericó y otras, al igual que los Apóstoles.
Ella tambien se cansaba, pero sabía que Jesús se sentia feliz teniéndola a su lado y por eso lo acompañaba siempre que podía.
Maria, cuando murió Jesús era una mujer de cuarenta y pocos años. Vivió tal vez un mes en el Cenáculo, proiedad de Lázaro, y luego se fue a vivir al Getsemani con Juan, el Apostol
Maria no murió joven, Deberia tener tal vez sesenta y tantos años cuando murió. Y de la forma que ha muerto eso ya lo he dicho en otro escrito.
Javier.
BENDICIONES PARA TODOS LOS PORTADORES DE RENUEVO DE PLENITUD GRACIAS POR SUS HERMOSAS PALABRAS;QUE DIOS LOS COLME DE BENDICIONES Y DE MAS DE EL PARA QUE SIGAN COMPARTIENDO DE SUS HERMOSAS ENSEÑANZAS