Era un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo.
Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:
“Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburridora”.
El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado. El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:
¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?
El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.
-Por supuesto que no. Contestó de nuevo en tono despectivo el muchacho.
-Bueno, prosiguió el profesor, cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar.
-No entiendo a qué se refiere. Dijo el alumno confundido.
-Muy sencillo -replicó el profesor – tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo, en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad. Muchacho -concluyó el profesor en tono gentil- “tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa, yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón pero de mí depende lo que yo cargo en el mío.”
Cada día en todo momento, tú puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón y lo que elijas lo tendrás hasta que tú decidas cambiarlo.
Es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser felices.
¿Por qué escribes contra mí amarguras, Y me haces cargo de los pecados de mi juventud? Job 13:26
Y este otro morirá en amargura de ánimo, Y sin haber comido jamás con gusto. Job 21:25
He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados. Isaías 38:17.
Que hermoso mensaje, como los demás que tambien lo han sido. Éste en especial me gusto mucho, la humildad ante todo para actuar, sabiendo que de lo que hay en el corazón es de lo que habla la boca.
Gracias por este bello mensaje ;)
Bendiciones a todos. :)
MUY BUENA ESA REFLEXIÓN NOS AYUDA A CRECER Y HACER LAS COPSAS CON SABIDURIA
Debe ser, El regalo que decido no recibir. Es una linda reflexión.
Cada dia, espero la llegada de Reflexiones a mi correo electronico; como tengo la posibilidad de leerlo a traves de mi celular, muchisimas veces me sirve para levantarme el animo y llenarme de positivismo cuando estoy cansada durante el dia, y le doy gracias a Dios, porque a pesar del cansancio, tengo trabajo, techo alimento, transporte perosobre todo el alma llena de amor y agradecimiento a Dios. Gracias a quienes colaboran con esta linda obra de Reflexiones que nos llega a tantas almas necesitadas.Dios los bendiga hoy y siempre
Este comentario esta lleno de muchas bendiciones agradable para no caer en discusión con ningún otra persona, y dar lecciones de sensibilidad a otros que no lo tienen.saludo