Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Mateo 5:7.
No es justo que quien no quiere perdonar sea perdonado, ni quien rehusa dar al pobre sea aliviado en sus necesidades. Dios nos tratará del mismo modo que tratemos a los demás, y los que se muestran dueños crueles y acreedores inflexibles serán tratados por el Señor con severidad. «Porque juicio sin misericordia será hecho con aquel que no hiciere misericordia».
Procuremos hoy dar y perdonar. Aprendamos a sufrir y soportar. No nos formemos juicios severos acerca de la conducta de las personas, no efectuemos compras ilícitas; no busquemos pendencias insensatas, ni seamos descontentadizos. Sin duda alguna queremos ser bendecidos y deseamos obtener misericordia: seamos nosotros misericordiosos.
Para tener derecho a la misericordia, cumplamos las condiciones requeridas. ¿Acaso no es un deber grato el mostrarnos bondadosos? ¿No hallamos más dulzura en la bondad que en la cólera, en la indignación y en la falta de generosidad? En esto hay ciertamente una bendición.
Además, obtener misericordia es un rico galardón. Sólo la gracia soberana puede hacernos semejante promesa.
Demostremos a nuestros prójimos la misericordia en algunos denarios y el Señor nos perdonará «toda aquella deuda».
Hoy es buen día para practicar la misericordia ya que de esa manera seré un receptáculo de la misericordia divina.
Señor, Gracias por extender tu misericordia a mi vida y mostrarme tu amor tan eterno, quiero ser un canal de misericordia para otros. Amén.
Charles Spurgeon.
Libro de Cheques Del Banco De La Fe.
Sin duda una de las cosas más difíciles para los seres humanos es dar lugar a la misericordia que debemos tener con todos, pues es más fácil juzgar y de manera injusta tratar a los demás como a nosotros mismos no nos gustaría ser tratados, lo cual acarrea juicio a nuestra propia vida.
Dios nos ayude a acatar el consejo de su palabra que nos dice:
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
S. Lucas 6:36 RVR1960
DIOS A TRAVÉS DE SU HERMOSA PALABRA NOS MANDA SER MISERICORDIOSOS. SIN EMBARGO, POR LO GENERAL PREVALECEN EL EGOÍSMO EN NUESTRO DIARIO VIVIR Y NOS OLVIDAMOS DE HACER EL BIEN PARA CON AQUELLOS QUE NOS RODEAN.
ES PRECISO QUE DÍA A DÍA NOS SOMETAMOS A DIOS Y A TRAVÉS DE LA GUIA DE SU ESPÍRITU SANTO PODAMOS ACTUAR COMO LA HIZO, HACE Y HARÁ NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.