“Más tú cuando ores, entra en tu aposento y cerrada la puerta, ora a tu Padre que ve en lo secreto”
Mateo 6:6
Muchos cierran la puerta para que nadie les vea lo que están haciendo. Cerrar la puerta en el sistema de este mundo es símbolo de hacer negocios oscuros y caminar en perdida de integridad. Cerrar la puerta es un indicativo de ocultar algo para que nadie se entere. Pero, Hoy soy estimulado por el Espíritu Santo a cerrar la puerta, pero no para hacer cosas oscuras y ocultas, más cerrar la puerta de mi aposento para encontrarme en secreto con el Padre.
Sé que fui creado para tener comunión con el Padre . Sé que Dios me hizo a su propia imagen y semejanza para que pudiera entenderlo y gozarme en él, someterme a su voluntad y deleitarme en su gloria. Fui hecho para cerrar la puerta y quedarme a solas con él.
Hoy quiero cerrar la puerta para entrar en lo secreto con el Padre porque nada que no sea una comunión total me puede satisfacer. Cristo vino a restaurar esa comunión perdida y ahora puedo entrar confiadamente al trono de su gracia y hoy mismo encontrar misericordia.
Ese cerrar la puerta no es una sola vez al día, porque la comunión con Dios tiene que ser durante todo el día, no importan cuales sea las condiciones que imperan a mi alrededor, la comunión no la perderé, pero para poder mantener esa comunión todo el día es necesario que hoy saque tiempo especifico para estar con la puerta cerrada y en secreto con el.
Cerrada la puerta ora a tu Padre que te ve en secreto. Lo primero y más crucial es darme cuenta de que allí, en secreto, se tienen la presencia y la atención del Padre. Estaré entonces consciente que me ve y me oye. Mucho más importante que las peticiones que yo lleve por urgentes que sean, más que toda la sinceridad y el esfuerzo para tratar de orar correctamente, es la seguridad viva, filial, de que mi Padre me está mirando y de que estoy reunido con él y que, con sus ojos sobre mi los míos sobre él, estaré sosteniendo una verdadera platica gozosa con el.
Allí en lo secreto no dejaré que nada me robe la hermosura de su presencia, porque podría ser que aun el estudio de la Biblia pueda cautivarme de tal modo y despertar sentimientos religiosos tan agradables que la Palabra de Dios se convierta en sustituto de Dios mismo. Este sería el mayor obstáculo porque mantiene el alma ocupada, en lugar de conducirla a Dios mismo.
Señor. Hoy cerraré la puerta para estar en secreto contigo y allí en lo secreto encontrarme cara a cara contigo. Gracias por abrir el camino, gracias porque puedo llegar confiadamente ante tí. Señor que aun cuando cierre la puerta y esté en secreto contigo, nada ni la Palabra ni la oración mismo me roben la belleza de tu presencia. Que ellas me conduzcan a ti porque esa es mi meta y esa es mi bendición. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano
www.serafincontreras.com
Realmente es una bendición recibir estos mensajes diarios, pues no es casualidad es la obra del Espíritu que dá respuesta a mi diario vivir y cada día alimenta mi alma con las frases de renuevo de plenitud, BENDICIONES!!!
MUCHOS AGRADECIMIENTOS PRIMERO AL SEÑOR JESUCRISTO QUE PERMITIO QUE TUVIERA LA BENDICION DE TENERLOS A USTEDES RECIBIENDO ESTOS MENSAJES DE AMOR Y DE ALIENTO,,,,ME HAN HECHO SENTIR CADA VEZ MEJOR,Y ME LLENA DE GOZO RECIBIRLOS,,
QUE EL SEÑOR LOS SIGA ILUMINADO,,
buena la reflexion,eso es asi solo en comunion se puede encontrar la paz y la restauracion de mi alma,y que mejor que estar en su precencia,cerrar la puerta es la intimidad con mi DIOS
Gracias por el articulo,me gusto.Hoy cerrare la puerta al pecado
Que el Señor Jesucristo nos siga Bendiciendo a todos los hermanos que tenemos la felicidad de recibir estas reflexiones, que para mi ha sido de bendiciones, y de reconfortamiento para continuar llenandome de entendimiento sobre la palabra de Dios,
doy gracias a los hermanos que Dios le dió sabiduria de ayudar a sus hermanos que aún nos encontramos debiles en las cosas de Señor, yo comparto estas sabidurias con hermanos de sangre y amigos, muchas gracias por existir. Que el Señor Jesuscrito le siga bendiciendo. Amen