“Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús se acercó, y caminaba con ellos. Más los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; más él se desapareció de su vista” Lucas 24: 15,16,30 y 31.

 

Estoy propenso hoy a perder en un momento mi sentido espiritual, ignorando las cosas grandes que Dios hace por mí. Puedo ser llevado como ciego por el sendero de la confusión diaria.

No darme cuenta de que las maravillas espirituales tales como la presencia de Dios y la esfera celestial no están lejos de mí….sino que caminan conmigo. Cuando los dos discípulos reconocieron a Jesús después de caminar con él camino a Emmaus, ellos solo estaban mirando lo que estuvo con ellos todo el tiempo. Ellos hablaron con él.

Él les preguntó…. él les enseñó por las Escrituras y les animó, sin embargo no lo entendieron hasta que el partió el pan..y cuando abrieron sus ojos….ya él no estaba con ellos.

Qué sintieron ellos? Sin duda, tristeza, dolor y molestia al no ver quien estaba con ellos desde el principio.

Cuanto del cielo yo puedo perder si hoy mantengo mis ojos puestos en el desánimo, la duda, el aburrimiento y en el desierto oscuro de la incredulidad.

Hoy necesito orar como Eliseo lo hizo por su siervo cuando dijo: “Te pido Señor que abras los ojos a éste joven, para que pueda ver”. Luego de la oración de Elías, el siervo miró espiritualmente y vio los fuerzas resplandecientes de Dios que estaban alrededor de las colinas.

Hoy, necesito mirar espiritualmente, porque si miro lógicamente, carnalmente, suspicazmente o naturalmente yo puedo perder de vista la presencia de Jesús y las realidades celestiales.

Hoy, necesito mirar con mucha expectactiva las realidades espirituales. Los grandes héroes de Dios siempre vivieron en dos mundos. Ellos vieron el mundo material , pero tuvieron ojos para ver lo espiritual y cuando lo contemplaron lo trasmitieron a otros, porque ellos supieron vivir en la escena espiritual sin salir de la esfera terrenal.

Job cuando entendió esta verdad puso de decir con firmeza: “De oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven, por lo tanto me retracto y me arrepiento en polvo y en ceniza” Job 42:5-6.

Señor, Muchas veces me encuentro en un círculo vicioso. Pierdo de vista lo espiritual, porque mi fe parece desvanecerse, cuando mis ojos se concentran solo en lo visible.

A veces voy camino a Emmaus, lamentándome, quejándome, entristeciéndome y protestando, mientras a mi lado tu vas preguntándome…Por qué estás triste y que es esto que hablas?. Y ni siquiera escucho tus palabras.

Quiero hoy que abras mis ojos para ver tu hermosa presencia. Amén

Dr. Serafín Contreras Galeano

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