“Tú, Señor, eres mi fuerza; yo te amo. Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite.
“Tú, Señor eres digno de alabanza, cuando te llamo me salvas de mi enemigos. La muerte me enredó en sus lazos; sentí miedo ante el torrente destructor. La muerte me envolvió en sus lazos; me encontré en trampas mortales. En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; mis gritos llegaron a sus oídos.
El Señor, el Altísimo, hizo oír su voz de trueno desde el cielo; granizos y carbones encendidos. Lanzó sus rayos como flechas y a mis enemigos hizo huir en desorden. El fondo del mar quedó al descubierto; las bases del mundo quedaron a ala vista por la voz amenazante del Señor, por el fuerte soplo que lanzó. Dios me tendió la mano desde lo alto y con su mano me saco del mar inmenso.
Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: me sacó a la libertad; me salvo porque me amaba.
El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, pues yo he seguido el camino del Señor. Jamas he negado de mi Dios. Yo tengo presente todos sus decretos, jamás he rechazado sus leyes. Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad.
El Señor me ha recompensado por mi impía conducta en su presencia. Tú, Señor eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable, sincero con el que es sincero, pero sagaz con el que es astuto. Tu salvas a los humildes, pero humillas a los orgullosos. Tú, Señor me das luz; ti, Dios mío, alumbras mi oscuridad. Con tu ayuda atacare al enemigo y sobre el muro de sus ciudades pasaré.
El camino de Dios perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza; Dios protege a todos cuantos en él confían. Quien es Dios, fuera del Señor? Qué otro dios hay que pueda protegernos? Dios es quien me da fuerzas, quien hace intachable mi conducta, quien me da pies ligeros como de cierva, quien me hace estar firme en las alturas, quien me entrena para la batalla, quien me da fuerza para tensar arcos de bronce.
Salmo 18.
Serafín Contreras Galeano
www.serafincontreras.com
Querido Pastor Serafin Contreras, agradezco al Senor por usted y por esta pagina cristiana, Dios lo usa a travez a este medio para dar consuelo a sus hermanos en Cristo, usted es un hombre ungido de Dios y tiene la reflexion adecuada en el momento que necesitamos escucharla, el Senor me lo bendiga siempre, lo amo en el amor de Cristo.
Es lo mas bello que un cristiano pueda experimenta, el refugio de jehova, saber que no estas solo que todo lazo se puede romper , pero que papa Dios nunca nos abandona, gracias, Dios me los guarde,
Dr. Serafin, por muchos meses no he leido las lecciones de Dios que vienes a traven de Ti. He pasado situasiones dificiles pero he aprendido que el Senior es mi fortaleza. Perdon por la forma de dirigirme a tu seniorio en forma de tu o ti, pero soy mexicano y te siento mucha confianza. Dios esta contigo.
Dios es quien me da fuerzas, quien hace intachable mi conducta, quien me da pies ligeros como de cierva, quien me hace estar firme en las alturas, quien me entrena para la batalla, quien me da fuerza para tensar arcos de bronce.
Salmo 18.
Dios los Bendiga hermanos, muchas gracias por compartir la palabra de Dios con nosotros. Son de gran bendicion para nuestras vidas.