“Por fe Moisés, hecho ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón; Escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar de comodidades temporales de pecado”. Hebreos 11:24,25.

La vida esta llena de decisiones.  Hoy tendré que enfrentar varias de esas decisiones. Cuál será la mejor manera de escoger lo mejor?  Cuando podré determinar que la decisión que estoy tomando es la mejor?.  La Biblia dice que Moisés tomó una gran decisión, la decisión de dejar de ser llamado hijo de la hija de Faraón y esa decisión implicó para él el sufrimiento junto con el pueblo de Dios.  Pero, el mismo pasaje dice que por la fe, él hizo tal decisión.

Fe descansa en las promesas.  Fe en las promesas recibidas es equivalente a cumplimiento de esas promesas.  Es un asunto pequeño considerar si las cosas prometidas  nos han sido dadas, porque es seguro que lo que Dios promete él lo cumple y nosotros en anticipación a esas promesas que se cumplirán podremos entrar en pleno gozo.

Moisés simplemente actuó en lo que vio, porque Dios se lo había mostrado.  Su fe le mostró las cosas que estaban escondidas para sus contemporáneos y eso lo guió a actuar en una manera que para los demás era absolutamente incomprensible.  La fe es solo posible cuando nosotros estamos en el plan de Dios y nos paramos firmes en sus promesas.  Es inútil orar para que se nos incremente la fe hasta que nosotros no hemos cumplido las condiciones de la fe. 

Es inútil gastar tiempo derramando lágrimas por nuestras fallas cuando tales fallas son el resultado de nuestra incredulidad.  Fe es una condición natural del alma, tan natural como lo son las flores en la plantas.  Hoy, quiero tener esa fe para poder hacer las mejores decisiones basadas en el plan de Dios para mi vida.

Hoy necesito determinar cuál es el plan de Dios para mi vida y lanzarme a eso.  Cuando determine cuál es el plan de Dios para mi vida, entonces podré alimentarme de las promesas de Dios para ese plan.  Cuando estas condiciones son realizadas, la fe viene por si misma y entonces no habrá absolutamente nada imposible.  Hoy quiero moverme en esa dirección teniendo como modelo la decisión de Moisés de rehusar ser llamado hijo de la hija de Faraón.

Señor:  Gracias por tu bondad tan grande. Gracias por darme la fe que necesito para enfrentar las grandes decisiones que tengo delante de mi.  Gracias por ser mi maestro de fe.  Cada día estoy aprendiendo las mas grandes lecciones acerca de la fe.  Hoy se que la fe descansa en tus promesas y esa fe me muestra las cosas escondidas para hacerlas realidad en tu presencia.  Ayúdame hoy a caminar en esa confianza plena en tu dirección. Amén.

Dr. Serafìn Contreras Galeano.
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