Puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, en Jesús. Hebreos 12:2
Pensemos en el hombre sencillo e inteligente que se detiene por primera vez a leer las Sagradas Escrituras. Se acerca a la Biblia sin ningún conocimiento previo de lo que contiene. No tiene ningún prejuicio; nada tiene que probar, nada que defender.
Este hombre no leerá por mucho tiempo sin darse cuenta que algunas verdades comienzan a destacarse nítidamente. Son los principios espirituales con que Dios ha tratado a los hombres, que aparecen entretejidos en los escritos de varones santos que fueron “movidos por el Espíritu de Dios.” Según prosiga en la lectura deseará hacer un resumen de las verdades que está entendiendo.
Estos resúmenes vendrán a ser los principios de su credo bíblico. Y si lee por más tiempo, las nuevas lecturas no afectarán estos principios; por el contrario los aumentarán y fortalecerán. Nuestro hombre está descubriendo lo que la Biblia enseña.
Muy arriba en las enseñanzas de la Biblia se encuentra la doctrina de la fe. Es tanta la importancia que la Biblia asigna a la fe, que es imposible que pase desapercibida. El tendrá que reconocer muy pronto que la fe es de vital importancia para la vida del alma. “Sin fe, es imposible agradar a Dios’.’ Por la fe es posible adquirir cualquier cosa; ir a cualquier parte en el reino de Dios, pero sin fe nadie puede allegarse a Dios, ni ser librado de sus culpas, ni tener libertad, ni salvación, ni comunión, ni nada. Nunca tener vida espiritual.
Cuando nuestro amigo haya llegado al capítulo once de la Epístola a los Hebreos, no le será extraño el elocuente encomio que se hace allí de la fe. Antes de eso habrá leído la brillante defensa de la fe que hace Pablo en Romanos y en Galatas.
Más adelante, si lee la historia de la iglesia, podrá ver el asombroso poder espiritual que tenían los reformadores debido a su fe inalterable en la religión cristiana.
Pues bien, si la fe es algo tan importante en la vida cristiana, si es algo imprescindible en la búsqueda de Dios, es perfectamente natural que deseemos cerciorarnos si en verdad tenemos este don. Y siendo nuestra mente como es, tarde o temprano ha de querer investigar cual es la naturaleza de la fe.
¿Qué es fe? Junto a esta pregunta viene enseguida otra. -¿Tengo yo fe? Y debemos encontrar alguna respuesta dondequiera esta se halle.
Casi todos los que predican o enseñan acerca de la fe dicen más o menos lo mismo. Nos dicen que es creer en una promesa, que es aceptar lo que Dios dice, que es reconocer la verdad de la Biblia, y actuar conforme a ella. El resto de lo que ellos dicen en sermones o en libros son relatos acerca de personas que por fe hallaron respuesta a sus oraciones.
Esas respuestas son por lo general bendiciones materiales, tales como sanidad, dinero, protección física o éxito en losnegocios. O si el maestro es un filósofo, nos llevará en excursión por los ámbitos de la metafísica, o nos sumergirá en los hielos de la jerga psicológica, definiendo y redefiniendo conceptos, partiendo delgados pelillos hasta hacerlos desaparecer por completo. Cuando finaliza la exposición nos damos cuenta que hemos salido por la misma puerta por la cual entramos. Sin duda, debe haber algo mejor que eso.
La Biblia no hace ningún esfuerzo para definir la fe. Aparte de una breve definición en la Epístola a los Hebreos, en la cual se emplean diecinueve palabras (Hebreos 11:1), yo no sé de ninguna otra definición bíblica, y si la hay, la fe no es definida filosóficamente, sino en manera funcional. Se afirma lo que la fe es en operación, no lo que es en esencia. Se asume la presencia de la fe, y muestra lo que ella produce, no precisamente lo que ella es. Es bueno y sabio llegar hasta aquí, y no pretender saber más. Se nos dice de dónde procede, y por qué medios viene. “La fe es un don de Dios” y “la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios!’ Hasta aquí todo va claro, y parafraseando a Tomás de Kempis, “Prefiero ejercer la fe, antes que definirla!
De aquí en adelante, cada vez que en este artículo aparezca la palabra “fe” debe entenderse como fe en acción, tal como es ejercida por un hombre verdaderamente creyente.
Dejamos de lado la idea de definir la fe, y vamos a pensar en ella como se la siente cuando se pone en acción. La naturaleza de nuestros pensamientos será pues práctica, y no teórica.
En una dramática narración que se halla en el libro de Números se le va fe en acción.
El pueblo de Israel se desalentó, y murmuró contra Dios, y Dios envió entre ellos serpientesardientes. “Estas mordían a las gentes, y muchos murieron!’ Moisés intercedió ante el Señor por ellos y el Señor les dio un remedio. Le ordenó a Moisés que hiciera una serpiente de metal, y la pusiera enroscada en un poste en medio del campamento, de modo que cualquiera pudiera verla.
”Será que cualquiera que fuere mordido, y mire a la serpiente, vivirá!’ Así lo hizo Moisés. “Y fue que cuando alguna serpiente mordía a ¡alguno, miraba a la serpiente de metal, y vivía” (Números 21:4-9).
En el Nuevo Testamento encontramos la explicación de este suceso y nada menos que por el propio Señor I Jesucristo. El les explica a sus oyentes como pueden ser salvos. Y les dice que es por medio de la fe. Para hacer bien clara su explicación recurre al libro de Números.
“Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:14, 15).
El hombre inteligente que lee esto no tardará en hacer un descubrimiento: las palabras mirar y creer son sinónimas. La palabra “mirar” que se emplea en el Antiguo Testamento tiene idéntico significado que la palabra “creer.” Mirar la serpiente es lo mismo que creer en Cristo.
Pero debemos tener en cuenta que mientras los israelitas tenían que mirar con sus ojos físicos, los creyentes del Nuevo Testamento deben creer con el corazón. La conclusión es que la fe es la mirada del alma que se dirige a un Dios salvador. Después de haber entendido esto, habrá de recordar otros pasajes cuyo significado comenzará a serle más claro. Por ejemplo, “A él miraron, y fueron alumbrados, y sus rostros no se avergonzaron” (Salmo 34:5).”A ti, que habitas en los cielos, alcé mis ojos; he aquí que como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran al Señor nuestro Dios, hasta que haya misericordia de nosotros” (Salmo 123:1-2).
He aquí el hombre que busca misericordia, y mira rectamente al Dios de misericordia hasta que halla la misericordia. Nuestro Señor mismo siempre miraba a Dios, “Y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos” (Mateo’ 14:19).
Estamos Nosotros mirando a Dios? Qué es Mirar a Dios. Seguiremos en la Segunda Parte.
A. W. Tozer
Chicago. E.U.A.
Junio 16 de 1948
P
EDID, sobre todas las cosas estas tres cosas: fe, humildad y caridad. Así os dije, queridos hermanos, míos, y también os había dicho ya que la fe transporta las montañas, y es de este poder de la fe de lo que entiendo hablaros ahora. Mas débase comprender cuál ha de ser la fe, que no se encierra solamente en creer las cosas que fueron dichas en el nombre del Padre y por quien del Padre había recibido mandamiento para que las enseñara y divulgara, sino, que la fe que es de Dios y que en nombre de Él ha de ser recibida es aquella que hacia Dios eleva en esencia a los Espíritus y no en palabras. Creer en la palabra que de Dios viene mucho ya es, mas elevarse hasta ella, tomando sus preceptos como la propia esencia del Ser mismo mucho más es; y cuando por medio de esa fe vence las cosas de Dios con tanta claridad, como por
medio de los ojos del cuerpo las cosas del mundo; y cuando en esa fe vive el Espíritu vida de luz y le embarga en ella y por ella intenso calor de amor y del sentimiento puro de la verdad y del deseo de la justicia, de manera que esa fe, en si tan intensa, que con la esencia misma del Padre nos confunde, porque hasta El nos eleva, partícipes nos hace de los divinos atributos y proporciónanos de todo lo que en Dios existe hasta donde la intensidad y pureza de nuestra fe alcanza.
En grande error van, pues, los que enseñan que la fe únicamente se encierra en la creencia de lo que no se vio, por cuanto malo y bueno se vio y no se vio, mas es que hasta la verdad y hasta el amor, no en creencia, sino en sentimiento, haznos de elevar la fe si ciertamente fe ha de ser la fe.
Si tan sencilla cosa fuere la fe, que bastara cerrar los ojos y decir si de lo que no se vio, para estar en ella, ¿qué Justicia hubiera en el Padre al premiarla de vida eterna, si dicho fué en su nombre que las puertas del Cielo sufren violencia y tan solo los violentos entran por ellas?
Débese entender que la violencia ha de ser en contra de nuestras propias pasiones y no materialmente en contra de las puertas del cielo, que no las tiene, por cuanto la casa de mi Padre es lo que llamado fué el firmamento, y no tiene lindes; sin puertas es por lo tanto.
La fe transporta las montañas, también fué dicho, enseñando con ello el impulso grande que en sí misma encierra la fe, y siendo así, qué de más grande puede oponérsele? — Es pues la virtud suprema, porque las encierra a todas y viene después de todas, mas ha de ser ella tal como yo os la enseñara, fe que ha recorrido ya victoriosa la cuesta de la montaña, llegando a su cúspide y dominando desde lo alto todo lo que está por debajo del Ser, en apetitos desordenados en aspiraciones de una materialidad sin horizontes
Que todas las gentes, o si no todas, muchas de entre ellas, procurasen arrimarse al Mesías, porque teníanle fe en que salíase de él virtud que los sanase de sus enfermedades, cierto fué muchas veces, y cierto también llegó a ser en más de una ocasión, que hiciérasle su fe el milagro de que iban en busca cerca del Mesías. Por tanto fué dicho por él muchas veces: tu fe te ha salvado; ¿quiso decir por ventura, la fe mía te ha salvado? — Así, cuando dicho fué “la fe transporta las montañas”, es porque grandes cosas fueron cumplidas y son cumplidas por virtud de la fe, porque nada llega hasta donde ella llega; y cuando vosotros tuviereis fe igual a la del Hijo de Dios,
igual a él os viereis; tanto es grande la fe que por ella sola tan alto ascenderíais.
Mas tened esto por cierto, que semejante fe, que hasta el Padre alcanza, tan sólo Espíritus del Señor, los que ángeles fueron dichos, hallan conseguido, por que mucho vivieron, mucho anduvieron, mucho sufrieron, mucho aprendieron y sólo en bien piensan y en bien obran. Tan solo ellos, pero ningún hombre hasta ahora, comprenden la fe, y la llevan, de que aquí se entiende y la que pudo hacer milagros, o lo que así llamáis, como ahora también puede hacerlos, y los hace. Nunca Jesús los hizo.
Cuando se dijo que sólo por la fe seréis salvos, de este modo se entendió que debía de ser la fe; 1 mas, vosotros mismos que recibís lo que voy diciendo no lo entendéis, porque si lo entendierais, más elevados estaríais, comprendiendo lo que pasa de la creencia a la fe y de esa fe de que todavía sois capaces hasta la fe de que ahora os hablo.
DIOS OS DE LA CIENCIA QUE VIENE DE EL Y PUEDAN COMPREBDER LO QUE ES LA FE
excelente!!!!
la fe mueve montañas en verdad ahy muchas cosas que en oracion intercedemos para verlas realizadas y le ponemos corazon y muchisima fe.pero aveces oramos y no recibimos lo que queremos pero no por eso ahy que perdr la fe ahy que tener presente que no todo lo que deseamos esta en los planes de dios,el es el unico dador alegre por tanto nos dara lo que el sabe que nos hara feliz..como dice la palabra todo me es licito pero no todo me edifica,sigan el camino de jesucristo con amor y fe y el los sorprendera.. que el señor los bendiga..
la fe mueve montañas en verdad cuando creemos en dios atravez de la palabra q es el alimento del alma todo lo que deseamos se dara por fe. fe es creer ahy muchas veces que intercedemos por algo y no lo vemos realizado pero quizas no sea por q fallaste en la fe ahy q tener presente que dios es el dador alegre y nos da lo que el sabe q nos hyace feliz solo el no escudriña el pensamiento y corazon.teniendo simpre presente lo que dice la palabra TODO ME ES LICITO PERO NO TODO ME EDIFICA..ahy que aceptar lo que dios dara y solo podremos ver la bendicion que nuetro padre celestial tiene para cada uno d nosotros..dios los bendiga siempre..
la fe mueve montañas en verdad ahy muchas cosas que en oracion intercedemos para verlas realizadas y le ponemos corazon y muchisima fe.pero aveces oramos y no recibimos lo que queremos pero no por eso ahy que perdr la fe ahy que tener presente que no todo lo que deseamos esta en los planes de dios,el es el unico dador alegre por tanto nos dara lo que el sabe que nos hara feliz..como dice la palabra todo me es licito pero no todo me edifica,sigan el camino de jesucristo con amor y fe y el los sorprendera.. que el señor los bendiga..