El Dr. Serafín Contreras nos habla sobre la parábola del banano. Sabías que el vástago del banano, da toda su vida solo para producir un racimo de fruta. Puedes imaginarte toda una vida para solo un racimo? Al cosechar el fruto maduro hay que cortar el vástago y dejarlo para enriqucer el suelo. Es una buena lección, tenemos una sola vida sin oportunidad de repetir.

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Señor quiero aprender de las cosas que parecen no significantes y quiera Dios que nuestra vida sea llena de frutos para la honra y gloria del maestro. Amén.