Los celos son producidos por una actitud de sospecha permanente hacia el cónyuge. Se le conoce como el vicio de la “posesión” Podríamos definirlo como un estado emotivo ansioso que padece una persona y que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se posee-tiene. En el ámbito sentimental, es la desconfianza y sospecha permanentes en el otro que tiñen, y perjudican gravemente, la relación con la persona amada. La mayoría entendemos por celos ese confuso, paralizador y obsesivo sentimiento causado por el temor de que la persona depositaria de nuestro amor prefiera a otra en lugar de a nosotros.
Normalmente, quienes padecen preferentemente estos ataques de celos son personas muy centradas en sí mismas, En muchas situaciones de celos hay, más que amor o miedo a la soledad, otras causas: sentimientos de posesión del otro, de necesidad de controlarle, de inseguridad en uno mismo, de envidia hacia la mayor riqueza de la vida emocional del otro… etc.

Todos los seres humanos tenemos algún tipo de celo, pero aquí estamos hablando de esos celos que exceden la normalidad y ponen a la pareja en una posición de ofensa y conflicto. Este tipo de celos enfermizos, son frecuentemente consecuencia de una ausencia de identidad y de debilidad espiritual, que estimula las debilidades emocionales o carnales de las personas.
1 Corintios 3:3 porque aún sois carnales. En efecto, habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres?
Gálatas 5:19-21 (Reina-Valera 1995) Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Cuando en una pareja surge el miedo a la separación, éste se manifiesta en forma de celos, de persecución al cónyuge en su hipotética infidelidad, controlándole y pretendiendo obligarle a que sea fiel. Cuanto más persigue a su pareja con celos, tanto más se siente impulsado el perseguido o perseguida a demostrar su autonomía, esforzándose en alejarse y no dejarse obligar. Y cuanto más lo hace, tanto más busca el celoso o celosa reclamarle como posesión propia y secuestrar su libertad de movimientos y de sentimientos.
El celoso exige entonces a su pareja la descripción pormenorizada de su supuesta aventura y en su mente se mezclan el miedo al ridículo, a estar en boca de todos, el sentir con dolor que la otra persona vale más, la pérdida de autoestima, un deseo morboso de información (circunstancias de la otra relación, quién es, dónde se ven, desde cuándo…..), un desmedido afán de control, un sentimiento de posesión exacerbado, la agresividad para con uno mismo… Vive la situación como si de una tortura se tratara e incluso con deseos de venganza, que van desde el encerrarse en el silencio hasta el drama que con tanta frecuencia describen las secciones de sucesos de los medios de comunicación.
SANTIAGO 3:15:17 No es esta la sabiduría que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica, pues donde hay celos y rivalidad, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
Para vencer esa sensación de celos enfermizos, es imperativo, estrictamente necesario, fortalecer la vida espiritual, mediante una mayor exposición a la palabra de Dios, asistiendo a los servicios a la Iglesia, buscando apoyo profesional espiritual, asistiendo a eventos para matrimonios y tomando la decisión de trabajar con su problema de inmediato.
El cónyuge objeto de los celos del otro (a), puede ayudar, evitando toda forma posible de alimentar los celos de su cónyuge, afirmándolo (a) en amor y orando y bendiciéndole constantemente, ayudándole a buscar consejería para sanar esa “enfermedad” de los celos.
Si has sufrido o sufre de “celos”, pídele perdón a Dios primero y luego a tu cónyuge. Toma el valor para reconocer que has ofendido a tu cónyuge con celos excesivos, aun cuando haya habido alguna razón para ellos. Toma la decisión de perdonar a tu cónyuge. Toma la decisión de no juzgarle, de no criticarle, de no maltratarle en modo alguno.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
Luis y Hannia Hernandez
www.happy4ever.org


que, triste me pone leer estos comentaros y pensar que en mayoria somos cristianos,como sera con personas que no conocen a CRISTO sin ir a quien quejarse o pedir ayuda
Pero me alegro con aquellos que insisten en dejarle a DIOS la carga èl siempre nos sacara del fondo enque nos hallemos
yo vivi un poco . pero ahora soy muy feliz lejos de ese sentimiento que verdaderamente te ata y te atormenta injustamente ;aunque sufro un poco al ver estos celos en mi hijo en su matrimonio y deseo que DIOS actue en su vida y no llegue a perder su hogar
POR ESO HERMANOS OREMOS POR LOS MATRIMONIOS Y QUE DIOS LOS GUARDE SIEMPRE HASTA SU VENIDA
los celos son inseguridad en nuestra pareja, para que no tengamos inseguridad en ella debemos de orar a Dios para que fortalezca aun más la relación, Dios no quiere que los matrimonios se destruyan,
el quiere que los busquen, lo alaben y lo adoren.
mira si tu estas un una crisis matrimonial busca a Dios siempre, y veraz como se te solucionan tus problemas.
DIOS TE AMO Y NUNCA TE DEJARE DE AMAR.
que dios los siga bendiciendo.
pero no entendemos somos como los bueyes que van al matadero
sabiendo bien lo que nos espera no entendemos nuestro defecto
masgrande esconseguir con la otra lo que lo que nos da nuestra
linda esposa sexsualmente que tiene la otra que no tenga la nuestra
la vemos flaca fea gorrda aburrida se acabo el hechizo que tenia nuestra esposa a nosotros tambien se nos acabo el hechiso que tubimos de cuando fuimos jovenes despues cuando ya no nos quiere la ajena volvemos como los perros con la cola entre las patas a lacasa y asi nos vuelve a recibir nuestra esposa
no debemos dar paso alos celos que mortifican a todos los matrimonios sobre todo a las mujeres mas que a los hombres
sabiendo que el peor enemigo es el mismo hombre que no sabemos condusir nos por el camino de dios tenemos una mujer
yqueremos atodas las que pasan enfrente de nuestros ojos sabiendo que la que tenemos en casa es amnegada sufrida amorosa que esta con nosotros en las enfermedades cuando sufrimosdescalabros de la vida no es interesada si no ttenemos dinerosabe aguanterse ellas nos alientan para seguir adelante que
buscamos en la mujer ajena que son intersadas lo unico que adoran es que las mantegamos las vistamos sintener compromiso
Para JC. muchas gracias por sus palabras de aliento, no sabes cuan importante y grande es saber que existe en algún lugar del mundo personas que se interesan por una. Gracias mil gracias. No desmayaré. Que Dios nos Bendiga siempre.