“Si no podemos disfrutar de la misericordia y de la consolación, realmente es muy difícil poder vivir porque nuestros corazones están hambrientos de estas dos cosas.  Levantaré y bendeciré con mi voz al Señor porque es Dios y Padre de toda misericordia y de toda consolación.  En medio de las turbaciones y los conflictos que querrán despojarme de la paz que tanto anhelo, Dios no solo me muestra su misericordia, sino también su consolación”. Serafín Contreras G.
Romanos 15:4,5.