En una ocasión el pastor Rogers afirmó: “Nosotros no tenemos nada que Dios necesite. Piense al respecto.

Si yo fuera rico y quisiera dar mis riquezas a Dios, no lo haría más rico. Él es el dueño de todo.

Si yo fuera sabio, y le diera mi sabiduría a Dios, no podría hacerle más sabio. Él es Omnisciente.

Si yo fuera poderoso, y diese mi poder a Dios, no podría hacerle más poderoso. Él es Omnipotente, Todopoderoso.

Dios quiere una sola cosa de sus hijos: nuestro corazón.

Si oramos a Dios sin haberle entregado nuestro corazón, nos estamos burlando de Él. Si predicamos sin haberle entregado nuestro corazón, estamos predicando en ignorancia.”

Dios le está diciendo hoy: “Dame tu corazón.” ¿Cómo responderá usted?
Lea Lucas 9:23-27.

¿Qué es lo que le detiene para que rinda su vida completamente a Él?
Y Dios no nos pide el corazón porque él lo necesita, es porque nuestro corazón lo necesita a Él.

El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de Mí, la hallará” (Mateo 10:39).