Porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; Rom 3:20
Obras – La mayoría de los cristianos cree que la Ley no tiene lugar en el proceso de salvación. solo la gracia la que nos lleva a la unidad con el Padre. Existe poca duda que la acción de Dios hacia nosotros, y no nuestro intento de aplacarle, es el verdadero fundamento de nuestra redención.
¿Pero es ese el final de nuestra historia? ¿Acaso no hay obligación posterior de parte nuestra una vez que Dios nos ha dotado de la restauración a Su compañía?
Versículos como estos podrían ser comprendidos de manera que confirmen que la Ley ya no tiene lugar en la vida del creyente. ¡Nada puede estar más lejos de la verdad! Pablo era judío, en pensamiento y en expresión. Lo que quiere decir en este versículo no entra en conflicto con el resto de la Biblia, y el resto de la Biblia, incluyendo las palabras del Hijo, sigue el camino de Deuteronomio 30:11.
Dios nos salva con el propósito que deseemos obedecer Sus mandamientos, no para que los ignoremos. De hecho, nos dice que lo que pide no es demasiado difícil para nosotros. ¡Es lo esperado! Guardar los mandamientos no nos salvarà. La Ley nos guía a la obra salvadora de Jesús.
Pero una vez que recibimos la adopción a la familia, estamos obligados, es la expectativa de Dios, que vivamos según los mandamientos de el paterfamilia, Dios el Padre. De hecho, si nuestras acciones no manifiestan evidencia del compromiso y la voluntad de obedecerlo, es posible que nunca hayamos sido adoptados.
La palabra griega aquí es erga. Es “trabajo, tarea, ocupación, empresa.” Pero Pablo no piensa en griego. Pablo piensa en hebreo. Lo que significa es que la observancia mecánica y legalista de la reglas de la religión que tienen como propósito obligar a Dios a hacer lo que solicitamos en una interpretación inútil de la Ley.
¡Él obra, no vida! Si carecemos de un corazón devoto al autor de la Ley, todo cumplimiento es inútil. Dios quiere corazones circuncisos, no manos reguladas. El Cristianismo es una religión de voluntarios, no de reglas para los inscritos. Lo que Pablo quiere decir, desde la perspectiva judía, es que la aplicación legalista de la Ley no justifica a nadie. Tal aplicación es un error.
La Ley es un contrato para disfrutar la vida, no una seria de reglas para controlar la conducta. ¡Por eso es que Dios puede tener la expectativa que Sus hijos guarden Sus mandamientos, con gozo!
¿Estoy supuesto a seguir la Ley de Dios? ¡Claro que lo estoy! Dios me redime para que pueda ser parte de SU gran familia de devotos a EL. Y si yo soy devoto a EL, me regocijo en Sus mandamientos. Son una expresión del carácter de nuestro Padre, una expresión que puedo imitar.
Ningún seguidor de Cristo ve la Ley como un medio para ganar el favor de Dios, y ningún seguidor de Cristo aparta la Ley como medio de manifestar su devoción al Señor. La Ley me ayuda a comprender la naturaleza del Dios a quien sirvo. La guardo porque le amo. No es un yugo alrededor de mi cuello. Es la libertad en mi corazón.
¿Es la Ley para mí? ¡Puedes apostarlo! Dios me pide que la observe, me da el poder de observarla y se deleita en mí cuando la observo. Guardar la Ley porque le soy devoto es mi manera de decirle, “Gracias, Padre, por rescatarme.”
Dr. Skip Moen.
www.skipmoen.com
si es verdad Dios estan bello y misericordioso con cada uno de nosotros nunca nos alejemos de EL
DIOS LOS CONTINUE BENDICIENDO
Qué complicada la escritura de este artículo. Terminé de leerlo cansado y sin entederlo. Quizá no estoy listo para entender este tipo de cosas, pero he leído tooooodo lo que me envía y no había habido problema. En fin, confío en Dios en que esto pasará. Saludos.
Hno.Skip Moen.
La ley y los profetas se resume en:
Amarás a Dios sobre todas las cosas y
amarás a tu prójimo como a tí mismo.
La ley fue nuestro ayo para llevarnos a Cristo, dentro de Cristo el cumplir estos dos mandamientos con todo lo que implica nos permite mantenernos dentro de la salvación, y ninguna condenación hay para lo que están en Cristo…los que andan conforme al Espíritu.
La ley expresada en mandamientos conforme a Dios ya cumplió su objetivo.
Saludos.
Grande y misericordioso es Dios, nuestro Señor Jesucristo, para que nos salvemos pues es Don de Dios y claro que en respuesta a ese amor hay que obedecer su ley, que a pesar de ser sólo 2 mandamientos y relativamente fácil, es muy dificil porque tenemos a nuestro mayor enemigo que somos nosotros mismos en la carne, ruego a Dios me haga más vivir en espiritu para complacerlo.
Bendiciones; estoy de acuerdo que la ley la resume el Señor Jesucristo en dos mandamientos: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a tí mismo. Alabo al Señor por su gran amor con que nos amó y les insto a ser obedientes a estos dos mandamientos.
Abrazos fraternales para todos en el amor de Cristo.
Judith Morillo