¿Qué nos reporta la meditación?

MEDITAR
Por simple definición, meditar es aplicar con profunda atención el pensamiento a algo. Muchas veces se relaciona la meditación con ejercicios espirituales o con la veneración a Dios.

En pocas palabras, consiste en concentrarse en una sola idea o imagen mental y excluir todo lo demás.

La meditación se practica en todo el mundo de diversas maneras. Si bien es la piedra angular de las religiones de la Nueva Era, se encuentran también formas de meditación en las religiones mayoritarias, entre ellas el cristianismo, el judaísmo, el islam, el budismo y el hinduismo.

Los siguientes pensamientos ahondan en el tema de meditar en Jesús mientras
se ora, lo que podríamos llamar oración meditativa.

Si bien nos alojamos en cuerpos físicos, somos seres espirituales que tienen vida en el plano espiritual.

La oración meditativa nos pone en contacto con los elementos inmateriales.

Nuestra relación con Jesús se fortalece cuando centramos la atención en Él.

De la misma forma que necesitamos pasar ratos a solas con nuestros seres más queridos, Él también quiere estar a solas con nosotros.

La meditación rinde beneficios físicos, sobre todo para el sistema nervioso.

El estrés y la tensión perjudican la salud.

Entre otras cosas, aumentan la presión arterial y aceleran el envejecimiento.

Cabe deducir, entonces, que el alivio del estrés conduce a un mejor estado de salud. El reposo mental tiene un efecto profundo sobre la actividad cerebral, lo que se traduce en una reducción del ritmo cardíaco, de la presión arterial y de las hormonas causantes del estrés. Los beneficios para el sistema nervioso son temporales, pero la práctica habitual de la meditación tiene efectos bastante permanentes.

Lo que en un momento dado ocupa nuestro pensamiento o impulsa nuestros actos no es necesariamente todo lo que hay.

La meditación nos recuerda que en la vida hay mucho más que no se percibe con los sentidos.

La meditación nos ayuda a poner en orden nuestra escala de prioridades.

Tomar distancia de las actividades cotidianas, aunque sea por escasos minutos, nos ayuda a tener una visión más objetiva.

Cuando nos acercamos a Jesús por medio de la meditación,

Él nos hace olvidar temporalmente nuestros problemas y preocupaciones y nuestros pensamientos sobre ellos.

Después, cuando tenemos que volver a abordar esos problemas, a Él le resulta más fácil comunicarnos Su parecer y brindarnos soluciones que no habíamos podido hallar solitos.

SILENCIO

A veces no tengo otro deseo que sentarme a gozar de Ti en silencio.

Es que Tú ya lo sabes todo, lo comprendes todo.

No hace falta que me exprese bien; es más, no necesito decir nada:    Tú me aceptas tal como soy.

Reconoces mis pensamientos a medida que van tomando forma y danzan, ideas imposibles de expresar cabalmente con palabras.

Podrías verbalizar a la perfección cada uno de Tus pensamientos; sin embargo, a veces Tú también prefieres guardar silencio.

Tu compañía tiene un misterioso atractivo.

Huelga decir nada, porque ambos lo adivinamos,lo percibimos, lo sabemos.

 

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