“Hemos sido llamados para proteger a los miembros de la familia, no para sobreprotegerlos.
La sobreprotección impide que el potencial que Dios ha puesto en cada miembro fluya y se convierte en un dique que represa, que mata la individualidad de la persona”.
Serafín Contreras G.
Salmos 127:4 Como flechas en las manos del guerrero, son los hijos de la juventud.
1 Timoteo 3:4-5 Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto; porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?
Muchas gracis El senor Les recompecera por su dedicasion..