“Mas oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” II Ped 3:8.
Hoy, yo no serviré al reloj, pero en vez de eso quiero servir y operar en el plan sin tiempo de Dios. Necesito estar consciente que no debo vivir del pasado o sólo soñar del futuro, pero que es necesario vivir con claridad en el tiempo presente.
No debo aferrarme al pasado por que entonces mi vida no podrá ver con claridad el hoy y no debo habitar sólo en el futuro porque yo no se que es lo que Dios ha preparado para mi.
Querer habitar en el futuro solamente es una fantasía y la fantasía no es una realidad, pero el presente es real, vivo, activo e importante. Ignorar y perder el propósito de Dios para mi hoy es inutilizar mi futuro tanto como neutralizar las lecciones benéficas del pasado.
Hoy necesitó comprender que estar confinado al tiempo del reloj es decirle a Dios cuando trabajar. Los itinerarios y las agendas tienen su lugar, pero, no debo olvidar que Dios opera independientemente de ellos y estar abierto y dispuesto para que Dios en su amor, y soberanía tenga la libertad, hoy en mi vida de hacer a un lado lo que yo he determinado que necesito hacer.
.No ignoréis esto…Que para Dios, un día es como mil años y mil años como un día…Estas palabra me recuerda que Dios no está preso a un itinerario o agenda. Cuantas veces por estar esclavizado a mi agenda he hecho a un lado lo que Dios, ha querido hacer en mi,por mi y a través de mi.
.La agenda de nuestro Señor Jesús fue: “Hacer las obras del que me envió. No hizo lo que él quiso sino lo que su Padre quiso que hiciera. No debo olvidar esto hoy.
.Hoy, también necesito recordar que Dios no publica su agenda, Excepto cuando él lo considera, por lo tanto , Hoy debo vivir por fe.
.La fe dice: “Señor, tú tienes tus ojos sobre y agenda y tu mano sobre mí y tú harás que mi agenda y yo marchemos juntos, según tu propia agenda” La fe cuando es fuerte, se regocija cuando esa reunión, encuentro o llamada no programada ya es un hecho cumplido y registrado dentro de la agenda divina.
.“Señor, Gracias porque me enseñas a liberarme de mis propias esclavitudes y de mis propios itinerarios para acoplarme a los tuyos. No quiero gastar tiempo en mis propios propósitos, sino caminar en tus propósitos que son más grandes y especiales.
Yo debo hacer mis planes para hoy, pero no olvidando que realmente eres tú quien tiene la última palabra. Gracias Señor por enseñarme esto hoy. Esto me libera hoy de angustias innecesarias. Amen.
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Serafín Contreras Galeano
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Dios bendiga todo esto me sobran las palabras
Gracias por sus bendiciones-mensajes.
Gracias…Renuevo de Plenitud… por todas las cristianas informaciones y oraciones que renuevan en espíritu y nos ayuda a poder caminar en las sendas del Señor…En mis oraciones también están sus proyectos. Bendiciones
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes laalegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste ya a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse.
No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes.¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender “tu televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentalmente, envenenarte y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo.
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Gracias por compartir esta palabra, este dia en especial venia cargada, pensando mucho sobre todo en el pasado, y hoy me doy cuenta que tù Señor quieres que viva en paz mi presente.
Por esto te bendigo y te dejo a ti todas mis angustias y cargas.