Un campesino en una ocasión cazó un águila en el bosque, la trajo a casa, y la crió entre sus platos y pavos. Cinco años después, un naturalista vino a visitarlo y vio al ave. Le dijo:
-¡Esa es un águila, no un pollo!
-¡Sí -contestó el campesino-, pero ya la he criado para que sea pollo.
– Aun así -expresó el naturalista-, tiene alas que abarcan un espacio de quince pies. ¡Es un águila!
-Nunca va a volar -afirmó el campesino.
El naturalista no estuvo de acuerdo y decidieron poner su diferencia a prueba.
Primero, el naturalista tomó el águila y le dijo:
-Águila, tú eres un águila; perteneces al cielo y no a la tierra; estira tus alas y vuela.
El águila vio a los pollos y saltó al suelo. Al día siguiente, el naturalista llevó el águila a la cima de la casa y le dijo lo mismo antes de soltarla. De nuevo, divisó a los pollos abajo y revoloteó para unirse a ellos y comer.
– Otro intento -dijo el naturalista.
Llevó el águila a una montaña. El ave temblorosa miró alrededor y luego el naturalista le hizo mirar al sol. De momento, el águila abrió sus alas, dio un poderoso chirrido y salió volando para nunca regresar.
Puede que otros digan que eres un trozo de carne, un pollo en vez de águila. Pero en lo profundo, tienes un espíritu creado a la imagen de Dios, y estás destinado a volar.
Todo llamado es grande
cuando se busca con fuerza.
Filipenses 3:14
Prosigo hacia meta para obtener el premio
del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Cuando uno esta destinado para volar vuela aunque le hagan creer que no puede volar al fin y al cabo siempre volara
Gracias a Dios Padre por Jesucristo nuestro Señor en quien podemos alcanzar la meta del supremo llamamiento de su Gloria.
Amén
Dios les bendiga
Amén amén amén