Había dos tribus guerreras en los Andes, una que vivía en el valle y otra en lo más alto de las montañas. Un día los habitantes de las montañas invadieron las tierras del valle y, como parte del saqueo, raptaron a un bebé de una de las familias del valle.
Los habitantes del valle no sabían cómo subir a la cima de la montaña. No conocían los senderos que utilizan los habitantes de ese lugar, ni sabían dónde encontrarlos o cómo perseguirlos en el escarpado terreno.
Aun así enviaron a sus mejores guerreros a escalar la montaña y traer al bebé de regreso.
Los hombres ensayaron un método de escalar y luego otro. Probaron una trocha y luego otra. Sin embargo, después de varios días de e esfuerzos solo habían conseguido avanzar unos pocos metros.
Desesperanzados e impotentes, los hombres del valle decidieron que su causa estaba perdida y se prepararon para regresar a su aldea.
Mientras empacaban su equipos para descender, vieron a la madre del bebé que bajaba de la montaña y llevaba a su bebé a la espalda. ¿Cómo era posible?.
Uno de los hombres saludo y le dijo: “Cómo pudiste escalar esta montaña si nosotros, los hombres más fuertes y capaces de la aldea no lo conseguimos?”
Se encogió de hombros y respondió: “Es que el bebé no era tuyo”.
Fuente: Jim Stovall, Sopa de Pollo para el Alma de la Madre.
Una madre nunca se da por vencida, por un hijo siempre buscara la manera de socorrerlo, con fuerza que nos das Dios. Ademas ser valiente en medio de la situación donde se encuentre, clamamos a nuestro Señor que nos escucha y responde a nuestras oraciones.
Gracias por tan hermoso comentario de la VIDA REAL…asi nomas es la VIDA.
La fe mueve montañas, al igual que el amor , la confianza y la perseverancia , todas estas palabras a lo largo de la vida nos las enseña Dios
Es una maravillosa reflexión. Cuán grande amor el de una madre. El Señor nos ayude a aplicar la Fé: Para El nada es imposible… y podremos triunfar sobre las dificultades de la vida, de aquellas dificultades con nuestros hijos propios y adoptivos también.
Gracias por inspirarnos a seguir adelante en los propósitos que Dios ha dispuesto para nosotros. Amén.
El Señor les bendiga. Un abrazo.
El amor de una madre atraviesa montañas, nada es imposible para el amor de una madre