Cierto viejo solitario, vivía en las profundidades de las montañas de Colorado. Cuando murió, sus parientes lejanos vinieron de la ciudad para llevarse sus cosas de valor. Luego de llegar, todo lo que ellos vieron fue una vieja choza con un retrete adosado a ésta. Dentro de la choza, cerca de la chimenea de piedra, había una vieja cacerola y su equipo de minería. Una mesa llena de grietas con una silla de tres patas montaban guardia junto a una delgada ventana, y una lámpara de kerosene servía como centro de mesa. En un rincón oscuro había un desmoronado catre con una gastada bolsa de dormir sobre él.
Ellos recogieron algunas de las viejas reliquias y se dispusieron a partir. Mientras se iban, un viejo amigo del solitario, sobre su mula, les hizo señas que parasen. “¿Les importaría si yo saco algo de lo que ha quedado en la cabaña de mi amigo?”, preguntó. “Vaya tranquilo”, le contestaron. Después de todo, pensaron, ¿qué puede haber de valor dentro de la choza?
El viejo amigo entró a la choza y caminó directamente hacia la mesa. Estiró el brazo debajo de ella y levantó una de las tablas del piso. Luego procedió a sacar todo el oro que su amigo había encontrado en los últimos 53 años, suficiente como para que se hubiese construido un palacio. El solitario murió con un sólo amigo que lo sabía. Mientras el amigo miraba por la pequeña ventana observando la nube de polvo, detrás de la cual desaparecería el coche de los parientes, dijo: “Deberían haberlo conocido mejor”.
Proverbios 17:17
En todo tiempo ama al amigo y es como un hermano en tiempos de angustia.
los bendigo por el mensaje porque aveces uno se le olvida de que hay amigos verdaderos y si uno tiene amigos amigos.DIOS los bendiga y los guarde.
gracias Amigos por hacernos reflexioanr a diario sobre estos temas tan importantes en nuestra vida que Dios los bendiga ahora y siempre
Excelente el texto de la nota, porque nos ayuda a crecer espiritualmente, en este caso partcular, teniendo la idea clara de lo que es o debe ser un verdadero amigo. Muchas gracias Padre por estas reflexiones, nos ayuda a creer en los verdaderos amigos tiniendo en primer lugar al gran amigo nuestro señor Jesucristo.
Expectacular esta Reflexión, verdaderamente “El que quiere amigos, debe ser amigo” y esto primeramente con nuestra familia, pues hay quienes son “Luz en la calle, pero oscuridad en la casa” y el Señor nos hace énfasis en su palabra de que “Primeramente nuestra familia, despues nuestros hermanos en Cristo y por último los aún no convertidos”
Bellisima reflexión, de verdad tenemos que empezar a cambiar desde nuestro interior para comprender el exteríor… Dameris Prieto. Zulia – Venezuela