El 26 de febrero de 1944, es una de las fechas de mayor infamia, en la historia de la Fuerza Naval de los Estados Unidos de Norte América. El buque de guerra más poderoso de aquel entonces, el Princeton, llevaba al Presidente de los Estados Unidos, a los Secretarios de Estado y de la Fuerza Naval, miembros del Congreso y demás oficiales gubernamentales, en un viaje por el Río Potomac.
Como parte del entretenimiento para los invitados, el arma principal del Princeton, de nombre el Pacificador, fue disparada. En la segunda descarga, el arma explotó matando al Secretario de la Fuerza Naval y a varios tripulantes.
Un momento antes del disparo, el Senador Thomas Benton de Missouri, se encontraba de pie junto al arma. Un amigo colocó su mano en su hombro y cuando Benton se volvió para hablar con él, aunque un poco disgustado, Gilmore, el Secretario de la Fuerza Naval, se adelantó y ocupó su lugar. En ese preciso momento se disparó el arma, matando a este último.
Este singular momento de providencia, causó una gran impresión en el Senador Benton. Él era un hombre lleno de ira, siempre envuelto en querellas y hacía poco había estado involucrado en una violenta disputa con Daniel Webster. Después de su milagroso escape de la muerte en el Princeton, Benton procuró la reconcilació con Webster.
Le dijo: “Me pareció, señor Webster, que aquella mano sobre mi hombro era la del Todopoderoso que se extendía hacia mí para librarme de una muerte instántanea. Tal incidente ha cambiado por completo mi modo de pensar y el curso de mi vida. Siento que soy un hombre diferente; y en primer lugar, quiero estar en paz con todos aquellos con quienes he tenido fuertes desacuerdos”.
Muy pocos de nosotros estamos conscientes de las veces que hemos sido librados de la muerte, pero lo cierto es que cada día de vida es un regalo de Dios. Disfruta cada uno al máximo y aprovecha el tiempo con sabiduría.
No importa lo que dure tu vida en esta tierra, procura nunca malgastar un solo día enojado y sin querer perdonar. Vive cada instante en paz con Dios y con el prójimo.
Éxodo 9:16
Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra.
El neumólogo me informa que mis dos pulmones están trabajando como uno solo, es decir, mi capacidad pulmonar es la mitad de lo que debe ser.Esto me impide realizar tareas sencillas sin antes sentirme muy fatigada y cansada.Antes de tener esta recaida de salud, soñé que iba caminando y me encontré con una camilla de hospital y allí me ví a mi misma inmóvil pero con la cabeza levantada hacia el frente y detrás de mi cabecera vi una figura muy alta, imponente, divina.Doy gracias a Dios porque Él siempre ha estado a mi lado en salud o en enfermedad, en la calma y en las tempestades de la vida.Hago mia la expresión del salmista: porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre y Él nos guiará aún más allá de la muerte.Mi vida está en sus manos, no temeré…Dios les bendiga y no permitan que nada ni nadie los pueda separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor Nuestro!!!