Cada día, cuando estoy en mi cocina, recibo la delicada, preciosa y esperada visita de una parejita que he aprendido a apreciar. Aunque libres como el viento, todos los días –y a veces, varias veces el mismo día– se acuerdan de hacer una paradita para saludarme y acompañarme. Por ello le estoy agradecida a su Dueño, Quien se los permite.
Lo cierto es que tengo ya casi 3 años de experimentar estos encuentros. Además de otros muchos visitantes que pululan por el área, esta parejita es la que siempre llega y se posa de forma tranquila y agradable sobre el techado de mi garaje, regalándome todo un espectáculo.
Su acicalamiento, el uno a la otra, me enseña tanto sobre su ternura y delicadeza… ¡me encanta ver cómo se tratan!
Invariablemente, me hace sentir alegre el verlas aterrizar cada día. Es evidente que ellas desconocen que hay momentos en que me encuentro muy ajetreada y acalorada, o que algunas veces me siento decaída o simplemente estoy terriblemente cansada. O quizás exhibo de momento un temperamento poco cordial. Pero así sin previo aviso me llega de repente la visita. Se ponen tan cerquita de mí, al alcance de mi mano, sin ningún temor. Y es que parecieran darse cuenta de que están seguras al otro lado de la malla de la ventana, y que yo soy la encerrada.
Me causan tanta gracia y hacen que cambie mi estado anímico en el que me encuentre. Muchas veces hasta me hacen hablarles como si fueran otro ser humano, como si pudieran entenderme. Es más, a veces me pregunto si me comprenden porque al emitirles algunos sonidos se ponen más cerquita a mi ventana, llevándome a saludarlas y hasta cantarles.
Yo creo que este es un encuentro divino y maravilloso, en verdad muy relajante y grato para mí y mi familia.
En medio de todas estas visitas, he podido comprender la profundidad de la Palabra de Dios cuando nos anima a no preocuparnos por “qué comeremos o qué vestiremos, que nos fijemos en las aves de los cielos que no siembran ni cosechan ni almacenan, sin embargo el Padre Celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho mas que ellas?” (Mateo 6:26 NVI).
La gracia del espectáculo que nos regalan nos hace ser instrumentos del Señor y recompensarlas con alpiste todas las veces que llegan. No me cabe la menor duda de que así mismo nuestro Salvador se encarga de suplirnos tan sólo porque se deleita en nuestro amor por Él. ¡Gracias a las cosas mínimas que nos enseñan tanto en la vida!
Ana de Irigoyen
al igual que la historia todos los dias recivo visitas cerca de mi habitacion y aunque me siento triste el ver esos lindos pajaritos en mi ventana me da energia para seguir aveces pieso que ellos saben algo mas que yo nose y quisieran decirmelo porque aveces tan cerca de mi la creacion es hermosa dios es un verdadero arquitecto y yo quiero ser arquitecta tambien como el.dios es grande deceo que dios me de direccion para agradarlo en todos mi pasos y me de inteligencia y sabiduria en todo.y imaginacion para mi carrera arquitectura dios toma mis manos para hacer los buenos disenosy dirige mi imaginacion
pienzo que con todo ese rollo de la recesion y probemas que mantienen caminando en nuestra mente, muchas veces olvidamos que el señor nos nace pasar por tiempos de escases para que nos acerquemos y le busquemos porque depronto estamos descuidadndo nuestra relacion con el y vivimos sumergidos en nuestros problemas que ya ni penzamos en las cosas bonitas que acontecen a nuestro alrededor di a dia, como en el pasaje de Mateo 6 es un llamado a dejar de preocuparmos la preocupacion es prima hermana de la incredulidad, la preocupacion no es fe, al preocuparnos estamos descofiando de Dios. Yo doy gracias a Dios porque en mi pais Colombia vivimos muchos años de escases o recesion y fue cuando la iglesia se aferro mas las promesas de Dios, en mi caso deje de creer en el hombre para poner mi confianza en Dios. fue un tiempo donde la iglesia creyo, crecio y vencio .
que dioslosbendiga grande mente y sigan ensenandolos a luchar contra el enemigo
¡ Si miramos la naturaleza con los ojos de DIOS.. ¡ todo lo veremos realmente maravilloso! debemos descubrir los encantos de las cosas pequeñas y sencillas y alabar a DIOS por ellas.
La reflexión de hoy es maravillosa…”VISITANTES CON ALAS”
Cuando conté en alguna oportunidad de éstas visitas preciosas, no me creyeron…
Era un día muy gris, triste , el cielo lloraba tanto como yo…
¡¡Señor, si alegraras mi vida con música de pájaros !
Todos los días se posaba en mi balcon una calandria, luego fueron dos, ahora son muchas, y también otras aves de jardín, golpean el vidrio de la ventana para avisar que ya están allí.
Salgo y les doy migas, agua… cantan, se bañan, me miran…
Si, pareceriera que me dicen “vuela”, canta… eres libre…
Lo demás, lo dice la reflexión, mucho mejor que yo…
Gracias por éste espacio…GRACIAS—