Se dice que en una batalla que dirigía el Duque de Wellington, una parte de su ejército estaba cediendo ante el enemigo, cuando de pronto un soldado vio al Duque entre sus propios combatientes, y el soldado gritó con voz estentórea y jubilosa: “¡Aquí está el Duque! ¡Dios lo bendiga!” Y el mismo soldado, dirigiendo la palabra a uno de sus compañeros, le gritó a éste: “¡Más me gusta ver la cara del Duque, que a toda una brigada!”Los demás soldados, al oír todo esto, volvieron sus rostros hacia el lugar donde estaba el Duque de Wellington: al verlo se reanimaron, recobraron la serenidad y el valor, y decían: “¡El que nunca ha sido derrotado ni lo será está con nosotros!” Y pronto derrotaron al enemigo.
Jesucristo, nuestro General, siempre está con su pueblo: Siempre está con nosotros: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”, dijo él (Mat. 28:20). ¡Sigamos luchando por conquistar: el Señor Jesús está con nosotros!