Justo González, destacado historiador latinoamericano, señala que a principios del año 400 d.C. muchos “monjes occidentales trataron de oponerse a las injusticias y crímenes de su tiempo. Símbolo de ellos es Telémaco, el monje que se lanzó a la arena en el circo romano y detuvo un combate de gladiadores. La multitud enfurecida y supuestamente cristiana, lo mató. Pero a partir de esa fecha, y en respuesta a la acción de Telémaco, los combates de gladiadores fueron prohibidos por el emperador Honorio” (J.González, Historia del Cristianismo, Unilit, Tomo 1, p. 264).
Al igual que entonces, en nuestro día también necesitamos actuar con hechos que produzcan cambios profundos y duraderos. Ya sea que estemos al mando de una nación o simplemente seamos un número más para las estadísticas, somos responsables en mayor o en menor escala del bienestar de nuestra generación.
Para actuar se necesitan tres cosas fundamentales:
(a) tener esperanza,
(b) conocer las causas de los problemas de nuestro mundo,
(c) entregarse concienzudamente para ser parte de la solución.
Ningún pesimista desesperanzado ha logrado algo por la humanidad. Apaliar simplemente las consecuencias del caos humano nunca ha servido para establecer cambios a largo plazo. Y nadie, absolutamente nadie, ha logrado algo positivo entre los habitantes de este planeta permaneciendo inerte como parte del problema.
La Biblia dice: “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos” (1a Juan 3:16).
Dios no envió un folleto lleno de palabras desde el cielo para hablarnos de Su gran amor. Él vino y habitó entre nosotros en la persona de Jesucristo hombre. Y así también padeció, murió en la cruz y resucitó al tercer día, a fin de mostrar Su amor con hechos más que con simples palabras. La conclusión, pues, es que en tiempos de catástrofes naturales, guerras, conflictos y problemas cotidianos, usted y yo actuemos con hechos que impliquen sacrificio y entrega, pues de esta manera seremos protagonistas del comienzo de un nuevo mundo.
Mientras muchos pierden el tiempo en el ocio, la diversión superficial, los discursos huecos, la queja y el pecado, Jesucristo nos invita a seguir sus pasos. Entonces, al igual que el monje Telémaco en los días del Imperio Romano, lancémonos a la arena y gritemos a viva voz: ¡Es hora de cambios! ¡Es hora de actuar!
Cristian Franco
Muchas Gracias por el mensaje, me ha hecho ver que lo hacemos en mi parroquia SI TIENE SENTIDO.. Gracias nuevamente
La frase UN NUEVO MUNDO escrita aquí,es una bonita palabra de la doctrina de la NUEVA ERA,doctrina que habla,de un mundo mejor, pero sin DIOS,y veo de pésimo gusto el uso como ejemplo de un monje del occidente,que no era cristiano,como no lo eran aquellos que lo mataron,existiendo grandes ejemplos de verdaderos cristianos como por ejemplo los padres de la iglesia,martirizados por causa de cristo,la escritura me dice que el mundo va ha ir cada vez peor,no mejor,y si no tomaron a cristo, tomaran a otros?si se revelaran contra jesucrísto cuando aun él esté reinando en el miléño,
son acciones humanistas y esta son sin DIOS,son para exaltar el hombre por el hombre.
De hecho la palabra nos exhorta a que seamos hacedores y no oidores olvidadizos, donde quiera que estemos debemos ser cabeza y no cola. todos los que hemos vuelto a nacer sabemos que tenemos dones que se deben poner al servicio del Reino; Recordemos que por sencilla que paresca cualquier accion que podamos hacer para que el Reino de Dios sea establecido, si no hacemos nos estaremos perdiendo la oportunidad de hacer tesoros en los cielos y todavia mas, corremos el riesgo de que nos quiten el talento y se lo den a otro.
DIOS LOS BENDIGA A TODOS
GRACIAS POR ESTE MENSAJE, COMO ESTA ESCRITO NO DEBEMOS SER OIDORES DE LA PALABRA NADA MAS ,SINO ASEDORES DE ELLA .GLORIA A DIOS POR CADA UNO DE UD QUE SON ASEDORES DE ELLA.-AMEN
gracias po su mensaje
DIOS LOS BENDIGA