En los artículos anteriores hemos hablado acerca de algunas necesidades de nuestros hijos e hijas, y una de las más importantes para un buen desarrollo tanto emocional como físico, es la relación que exista entre los padres.

.Nosotros los padres, hemos olvidado que nuestros hijos existen gracias al amor que nos unió, y al convertirnos en padres muchas veces se nos olvida que somos también una pareja, y que si nuestra relación esta desquebrándose, por consiguiente vamos a afectar la vida de los hijos.

.Al pensar en los roles que desempeñamos en familia, aunque los hijos son de suma importancia, nunca se debe sobreponer al cónyuge por encima de los hijos, ellos serán felices al saber que tienen padres que se aman, se respetan, se cuidan entre sí, y que lo que viven sus papás, ellos lo reciben indirecta y directamente.

.Cuando quedé embarazada de mi hijo, Jonathan, al comunicarlo a nuestros parientes, les dijimos “Estamos embarazados”, y desde ese momento los dos vivimos un embarazo feliz. Estábamos acostumbrados a estar solos como pareja, y teníamos nuestras costumbres y libertades como una pareja sin niños, al llegar nuestro bebé, nos dimos cuenta que mucho a lo que estábamos acostumbrados ya no podíamos continuarlo o debíamos cambiarlo, por ejemplo, salidas al cine, a un restaurante fino, dormir hasta tarde, salir de paseo en cualquier momento, etc… Ya no éramos dos, había ahora un pequeñito que necesitaba cuidado y atención. Y fue muy emocionante el cambio, pero también muy agotador.

.Afortunadamente contábamos con nuestra familia, y gracias a ellos, empezamos a dejar a Jonathan los viernes en la noche en su casa a dormir, para la familia era el día de la semana más esperado, y para nosotros era una noche de pareja, nos dedicábamos ese tiempo, algunas noches íbamos al cine, a cenar o simplemente nos quedábamos en casa juntos, y esto nos fortaleció más nuestra relación.

.Sé que no todos pueden hacer esto, pero es necesario que podamos pasar tiempo de calidad juntos como al principio, ese tiempo de conversar y de escuchar, o solamente estar abrazados viendo una película.

.Hoy en día vivimos lejos de nuestras familias, y aunque pasamos mucho tiempo con el niño, siempre tenemos nuestro ratito para conversar, ver TV, estar juntos. Para esto hemos acostumbrado al niño a dormir temprano, por su salud y por la nuestra, estar todo el día con un niño de 4 años es agotador, y todavía que le den las 10 y 11 de la noche, no es bueno ni para él ni para los papás. Así que procuramos llevarlo a dormir a las 8pm, aunque hay excepciones, él sabe que al llegar las 8pm debe ir a su cama, y es un momento de paz para todos. Para esto nos turnamos, un día papá y otro mamá, le ponemos su pijama, lavar los dientes, leer un cuento o historia bíblica, orar y dormir en silencio. Luego podemos dedicar un espacio en la noche para nosotros y a veces para trabajo cada quien en lo suyo.

.La armonía y felicidad de la familia de pedende principalmente de nosotros los padres, la tranquilidad y seguridad de los hijos dependen de nosotros los padres, una familia unidad depende de nosotros los padres.

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Te invito a reflexionar,

.¿Cómo está tu relación con tu cónyuge?
¿Tienen tiempo solos para conversar y para escucharse?
¿Crees que cuando tus hijos crezcan, quieran tener una familia como la suya?
¿Será que tu hija quiere ser una mamá y tu hijo un papá como sus papás?
¿Sé sienten bien tantos tus hijos como tu conyuge bien en la casa, desean pasar tiempo con la familia o menos es mejor?

.Si las respuestas a estas interrogantes son más negativas que positivas, es tiempo de hacer cambios en tu casa, todavía estás a tiempo.

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Andrea Carrillo de Contreras

www.andreacarrillo.com