“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra” Efesios 3:14.
La oración es la avenida maravillosa para recorrer y entrar en el país de la sanidad. Cuando me acerco a Dios y digo, OH Señor, que sea hecha tu voluntad, mi personalidad y mi naturaleza más profunda toca el lugar santísimo.
La oración me hace como niño, porque me hace depender del Padre celestial, en quién pongo toda mi confianza.
Se sin embargo, que mi gran lucha en este día es comenzar sin oración y sin mi tiempo de meditación, porque la sociedad en la que vivo, los periódicos, la televisión, las conversaciones y los compromisos intentaran echar al piso el tiempo que necesito pasar en oración.
Pero hoy quiero primero que nada caminar por las veredas de la oración.
La vida es dura en si misma y por ello debo tener mi tiempo de oración para enfrentar la dureza de esta vida.
Hoy no quiero escoger la oscuridad del mundo, más buscar la luz de Dios a través de la avenida de la oración.
Hoy he elegido regocijarme en la presencia de Dios. Regocijarme en el hecho de su crucifixión y resurrección.
Es fácil tener fe en Dios cuando la vida se despliega en la manera como nosotros queremos, pero el verdadero poder de la fe se ve actuar cuando parece que nuestras oraciones no son contestadas y solo lo que rodea nuestra vida es la imagen de los tres días de crucifixión.
Sin embargo, si persisto en la avenida de la oración, a pesar de las sombras que puedan rodearme al final esa avenida me llevará a la gran plaza de la mañana de la resurrección. Y entonces comprenderé que la esperanza no se pierde.
Cuando camino por la avenida de la oración entonces mi mente se alinea con la mente de Dios.
Cuando recuerdo que soy un hijo de Dios, entonces mi mente se alinea con Dios y puedo ver que el poder que abrió el Mar Rojo , cuando Moisés oró, es el mismo poder que rodea mi vida.
Hoy quiero alinear mi mente con la mente de Dios y la única manera de hacerlo es caminando por la avenida de la oración.
Señor gracias, por darme la oportunidad de caminar por esta hermosa vereda de la oración, nuevas experiencias contigo yo encuentro en ese diario caminar. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano
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aMADOS HERMANOS GRACIAS POR POR ESA PALABRA FRESCA DE REFRESCA MI SER, YO SIEM`PRE LE PIDO AL SEÑOR QUE QUIERO APRENDER AORAR Y A PEDIR BIEN PORQUE DICE EL SEÑOREN SU PALABRA QUE NO PEDIMOS BIEN O SI PEDIMOS ES PARA NUESTROS DELEITES PERO YO CREO ANDANDO EN EL CAMINO DE LA ORACION BIEN HECHA DIOS CONCEDERA LAS PETICIONES DE MI CORAZON . UNA VEZ MAS GRACIAS DE TODO CORAZON . ABUNDANTES BENDICIONES A TODO EL EQUIPO QUE MUY ACERTADAMENTE DIRIGE EL HERMANO SERAFIN. LOS AMO EN SER SEÑOR .
Q hermoso es caminar por la av. de la oracion, cada vez q tenemos comunicacion con nuestro creador podemos ver el inmenso amor de nuestro padre celestial y comensa con una oracion tu dia te hace ver las cosas totalmente diferentes a como la vida te las presenta. Gracias a Dios por sus vidas q el Señor los siga bendiciendo grandemente por esas enseñanzas diarias. Los amo en el amor de cristo, ameeeeeeeen
Gracias hermano Serafin por todas sus enseñanzas tan maravillosas para que cada uno de nosotros podamos aprender día a día de nuestro Padre celestial, ante Quien doblaremos nuestras rodillas y proclamaremos que Él es el Señor de nuestras vidas. Hace varios años he estado orando y clamando a mi Señor por un milagro para mi hijo, he sentido que ya no puedo más , pero al leer el significado del verdadero poder de la fé continuaré poniendo toda mi confianza en mi Señor, pues veo que derrama de su bondad sobre nosotros y pronto veremos el poder de Dios sobre nuestras vidas.
con esta vida tan complicada y con tantas trabas en el camino la único que nos queda es ponernos en una firme relación con Dios y solo por medio de la oración lo podemos conseguir para así a pesar de la adversidad salir victoriosos con la ayuda del señor y poder enfrentas las visicitudes de la vida.
la oración es un dulce caminar con mi buen Jesús, Salvador y dueño de mi vida a Ël la gloria y la honra, Abba Abba Padre de los cielos y la tierra por tu gran amor, gracias Precioso Espiritu Santo de Dios por ser nuestra ayuda y consolador hoy en este mundo y por permiterme conocer más a Jesús, mi alma bendice a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espiritu Santo, por los siglos de los siglos
Amén