Es irónico que aunque las iniciales de mi nombre formen la palabra “RAIN”, una de las cosas que menos me gusta es la lluvia pero no siempre fue así, cuando era niño cada vez que llovía salía corriendo al patio de mi casa para saltar y bañarme al natural, sin importarme nada más que reír y gritar de la alegría. Sin embargo, si hoy en día me caen unas cuantas gotitas empiezo a sentir la congestión y el dolor de garganta, que si no hago algo al respecto, puedo llegar a resfriarme.

 

Cuando llueve todo es un caos, me pongo nostálgico y melancólico, se alborotan las goteras, es casi una odisea llegar a tiempo a algún compromiso, todo se retrasa, hay inundaciones, la gente se pone “bruta” al manejar, hay accidentes automovilísticos en cualquier parte donde uno se meta, eso sin mencionar el tranque descomunal que se forma en las calles y avenidas principales de mi querida ciudad.

Como todo en este mundo cambia, he decidido ser positivo y tratar de no dejarme llevar por las circunstancias, por ende, he vuelto a disfrutar de la lluvia o al menos eso intento ya que puedo considerarlo el momento perfecto para relajarme y acostarme para ver mi serie favorita. Como la temperatura baja puedo aprovechar el clima para utilizar mis abrigos favoritos y en vez de sentirme nostálgico puedo llegar a expresar un poco más amor del usual.

Si cada vez que llueve eres de los que dicen “el día está feo” recuerda que la lluvia es una bendición y en realidad todo depende de la perspectiva que tengamos de las cosas… y nuestra actitud frente a la vida.

 

Escritos de RAIN

Fuente: http://rainpty.tumblr.com/

La reflexión personal de hoy—que haya eco en la experiencia de muchos de nosotros—nos anima a considerar que siempre podemos optar por reconocer la bendición de una circunstancia por encima del dolor de cabeza que nos pudiera ocasionar de momento.  Y es que somos dados a enfocarnos en lo negativo de cada situación, probablemente porque no se ajusta a nuestros planes del momento, sin darnos cuenta de que los planes y pensamientos de Dios para con nosotros son muchísimo mejores.

Si tan sólo podemos levantar la mirada más allá de nuestras circunstancias, veremos que el Señor cumple Su promesa de estar siempre con nosotros… y eso implicará siempre bendición.

Adelante y que Dios les continúe bendiciendo.

 

Raúl Irigoyen

El Pensamiento Del Capellán

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