El propósito genuino en tu vida no proviene de lo que otros han establecido para ti, sino lo que tú procuras y deseas conseguir o llegar a ser.

El destino no es una cuestión de suerte sino de elección. No es algo que se espera sino que se consigue.

Filipenses 3:14

Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.

Romanos 8:28
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.

Romanos 8:30
y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.

1 Corintios 1:9
Fiel es Dios, por medio de quien fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.