Quiero dar las gracias a todas las personas que dejaron sus comentarios en el artículo de la semana pasada. Hoy quisiera retomar algunos aspectos de la retroalimentación que amablemente me hicieron llegar.
Quizás a usted le pase como a mi; yo llegué a escuchar la palabra autoestima cuando ya estaba entradilla en años. Para mis primeros años de vida creo que éste como otros términos no eran muy conocidos. Dios en su infinita misericordia, le dio sabiduría a mis padres una dosis extra de sabiduría, me criaron con amor y ternura. Mi papá a diferencia de mi mamá, tenía un carácter más explosivo, sin embargo, recuerdo que cuando se le pasaba la mano en un castigo, no tenía problema para llegar a buscarme a reparar su error, me pedía perdón y me llenaba de cariño.
Aún y cuando mi infancia transcurrió en un hogar lleno de amor, de niña tuve que enfrentar otras adversidades que pusieron a prueba mi autoestima. Recuerdo que tuve la misma maestra por seis años…. Toooooda mi primaria….. ¡¡¡fue demasiado!!! Pase muchas experiencias tristes. Ella acostumbraba descalificarme constantemente, llegó al punto de decirle a mi mamá que yo siempre iba a ser una estudiante promedio y que con costos iba a dar 80 en mis notas como tope.
Retomo esta experiencia de mi vida, porque muchos padres y madres no entienden porque si en sus casas vigilan por generar un espacio sano, lleno de amor y de valores, porqué de la “nada” sus hijos/as empiezan a mostrar sentimientos de inferioridad. Resulta que, en lo que quizás fallamos es en entrenarlos para establecer relaciones sanas y para saber establecer límites en las relaciones con los demás.
De pequeña mi mamá me enseñaba que lo que mi maestra decía era “santa palabra”, después de todo; “ella era la que sabía”. Hoy entiendo que ella se equivocó, años después mi mamá también lo entendió. Duré muchos años lidiando con temores e inseguridades relacionados con el estudio, pero finalmente terminé consiguiendo el éxito que esperaba. Probablemente, mi mamá sin enterarse de la telaraña que se había tejido con la “profecía” de mi maestra, decidió confiar en mis capacidades y darme apoyo cada ves que yo lo necesité. Igual batalló cada ves que yo me saboteaba diciendo que no podía, que iba a abandonar algún proyecto… nunca me lo permitió.
Los sistemas familiares rígidos o sin estructura alguna propician la baja autoestima. Padres y madres sobreexigentes, que quizás no les digan palabras duras a sus hijos, pero que los hagan sufrir el fracaso. Dentro del ámbito educativo, he tenido la experiencia de conocer a padres y madres que por una nota de 100 son capaces de lo impensable: he visto a algunos pelearse con docentes y hasta llegar a alterar notas o tareas. Algunos que dicen con orgullo al recibir la nota de su hijo “cuanto ME saqué”. Por otra parte, conozco también a quienes con indiferencia condenan a sus hijos al conformismo, los acostumbran a la falta de logro…. Cuando son adultos se preguntan porqué ellos nunca surgieron o no lograron conseguir sus metas….
Me encantaría hacerle algunas recomendaciones que espero le ayuden en la crianza de hijos/as con una sana autoestima:
• Tenga cuidado de no fomentar la perfección porque cuando se enfrenten al error experimentarán devastadores sentimientos de impotencia y fracaso. Tome los errores como formas de enfrentarlos a sus limitaciones o como oportunidades para ser mejores pero nunca exija la perfección.
• No basta con decir palabras bonitas. Hágales sentir especiales y únicos. Llénelos de cariños, abrácelos, aproveche cualquier oportunidad para reforzar sus fortalezas.
• Enséñelos a lidiar con la frustración, no los deje sumidos en la impotencia
• La autoestima en la adolescencia es fluctuante. Es la época en donde toman un lugar protagónico la necesidad de aceptación y la pertenencia al grupo. Es normal escuchar frases como “soy feo/a”, “todos me ven” “que van a pensar de mi”…. Una gran parte se resuelve escuchándolos, así no más… escucha…. Pregúnteles porqué sin caer en la necesidad de convencerlos que son preciosos/as, converse con ellos/as sobre sus inseguridades y pregúnteles que podrían hacer para sentirse mejor. Muchos adolescentes se quejan de que sus papás/mamás no los entienden, y es precisamente por eso… porque no los escuchan
• Si en algún momento sus hijos/as manifiestan en sus acciones la necesidad de llamar la atención, présteles entonces atención. Una mamá me decía que su hijo había agredido a otro niño, sin razón alguna, solo para llamar la atención…. Esto no es posible, cuantas personas se encuentran privadas de libertad porque la necesidad de llamar la atención los llevó a cometer graves errores….
• La baja autoestima que no se trabaja o no se atiende a tiempo puede desencadenar problemas asociados tales como trastornos alimenticios, tendencias depresivas, problemas de conducta, entre otros. Si usted se enfrenta a alguno de estos problemas con sus hijos/as, busque ayuda, trate de consultar a algún profesional en el área de psicología que le pueda ayudar. Si así lo prefiere, hay terapeutas que trabajan de forma integral lo emocional con lo espiritual, lo importante que busque ayuda temprana.
• Por otra parte, el trastorno por Déficit Atencional esta asociado a una baja autoestima, en tanto son niños que por sus dificultades en el control de impulsos tienden a traspasar los límites, experimentan entonces sentimientos de frustración, falta de logro. En ocasiones, se sienten rechazados, incapaces de adaptarse, desarrollan temores o sentimientos de inadecuación.
Espero que Dios le bendiga el la tarea que como madre/padre usted desempeña. Recuerde que usted esta en la capacidad de criar a hombres y mujeres de bien, que honren a Dios y que sean fieles a sus principios. Enséñeles en amor y en tolerancia .
Hasta entonces.
Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga y Psicopedagoga.

Ha sido de mucho provecho para mi estas reflexiones yo durante años pedi a mis hijos las mejores notas y que sobresalieran siempre hoy me ha tocado ver como dos de ellos han fracasado en el estudio con notas minimas y el dolor que les ha causado ha sido mas por mi imponencia. Con estas experiencias he aprendido duramente que cada uno de ellos es muy diferente del otro y que tienen otras cualidades que en correr del tiempo he venido descubriendo insto a todos los padres a ser un poco mas flexibles no sin olvidar que hay que fomentar en ellos el verdadero valor de los estudios pero sin dejar de lado que valen porque son Hijos de Dios y que todo lo pueden en èl.
HOLA GRACIAS X ESTOS ARTICULOS K NOS HACEN REFLEXIONAR SOBRE NUESTRO COMPORTAMIENTO CON NUESTROS HIJOS, YO SOY UNA MUJER DIVORCIADA CON 3 HIJOS ADOLECENTES Y ME HE ENFRENTADO A MUCHAS ADVERCIDADES TANTO ECONOMICAS COMO EMOCIONALES, MI HIJO DE 13 AÑOS A BAJADO MUCHO EN SU NIVEL ACADEMICO Y EN SU FORMA DE SER, SE HA VUELTO REBELDE, NO LE GUSTA SEGUIR LAS NORMAS Y ESTO LE HA CAUSADO MUCHOS PROBLEMAS EN LA SECUNDARIA, ME GUSTARIA K ME DIERAN UN CONSEJO, DE COMO PUEDO AYUDARLO, YA K HE HABLADO MUCHO CON EL Y PARECE K NADA ME FUNCIONA… GRACIAS X TODO Y K DIOS LOS BENDIGA.
BENDICIONES, BENDICIONES
QUE EDIFICANTES TODAS ESTAS REFLEXIONES, LA VERDAD HAY MUCHAS QUE PARECIERAN ESTUVIERAN LEYENDO LA VIDA DE CADA UNO. LES AGRADEZCO INMENSAMENTE ESA DISPOSICION DE TIEMPO PARA ENVIAR TODOS LOS MENSAJES TAN HERMOSOS Y TAN PROFUNDOS QUE LLENAN EL ESPIRITU.
QUE MEJOR ALIMENTO QUE ESTE.
DIOS LES GUARDE. ATNN. NAYDU
ME DA GUSTO LEER ESTOS ARTICULOS, LA VERDAD YO TAMBIEN TENGO UN HIJO DE 8 AÑOS, Y QUE DIFICIL ES PORQUE DE IGUAL MANERA ES DISTRAIDO Y LENTO EN SUS TRABAJOS ESCOLARES, YA QUE EL SOLO LE GUSTA JUGAR Y JUGAR, DE HECHO HAY OCASIONES QUE NI SIQUIERA SE ACUERDA DE COMER POR ANDAR JUGANDO….. ES DEMASIADO JUGUETÓN…. Y NO ES MALO, LO MALO ES QUE NO QUIERE SABER NADA DE ESCUELITA…….OJALA SIGAN PONIENDO ESTE TIPO DE COMENTARIOS PARA QUE NOS PUEDAN AYUDAR A COMO APOYARLOS… GRACIAS POR TODO.
Estoy muy agradecida por tener la oportunidad de leer estos articulos.
Me identifico con la situación que vive el señor Patricio Chianza, quien también les escribe.
Tengo un niño de 8 años a quien no le va mal en el colegio, pero es bastante inquieto y molesta bastante en clases.
Quisiera inculcarle buenos valores y alta autoestima, pero creo que muchas veces me equivoco porque tengo un caracter muy explosivo y cuando tengo enojo le digo cosas de las que despues me arrepiento y hasta siento que lo maltrato (por ejemplo cuando no hace la tarea cuando le he dicho que la haga, tiro el cuaderno; cuando deja los zapatos en la mitad de la habitación se los tiro sin tener en cuenta si le caen a él).
Aunque cuando se pasa el enojo le hablo y hasta le pido disculpas, se que esto lo debo trabajar yo antes de hablarlo con él.
De nuevo muchas gracias . . .