Paco de 8 años, entró en su casa, después de clase, pisoteando fuerte. Su padre, que se dirigía al fondo, al verlo entrar, lo llamó para una hablar. Paco lo acompañó desconfiado.
Antes que su padre hablara algo, Paco dijo irritado:
– Padre, estoy con muchísima rabia. Joaquín no podría haberme hecho lo que hizo. Su padre, un hombre sencillo pero sabio, escuchaba a su hijo mientras ese seguía con su reclamo.
– Joaquín me humilló delante de mis amigos. ¡Me gustaría que le pasase algo malo!
El padre escuchó todo callado mientras caminaba buscando una bolsa de carbón. Llevó la bolsa hasta el fondo y le dijo a Paco:
– Hijo, quiero hacerte una propuesta. Imaginemos que aquella camisa blanca que está en el tendal es tu amigo Joaquín y que cada trozo de carbón es un pensamiento malo que tu le envías. Quiero que tires todo ese carbón en la camisa, hasta el último trozo y dentro un rato vuelvo para ver como quedó.
Al niño le pareció un divertido juego, la camisa estaba colgada lejos y pocos trozos acertaban al blanco. El padre que miraba todo, le preguntó:
– Hijo, ¿como estás ahora?
– Estoy cansado, pero feliz porque acerté muchos trozos de carbón en la camisa.
El padre miró a su hijo, que no entendía la razón de aquél juego, y dijo:
– Ven, quiero que veas una cosa.
El hijo fue hasta el cuarto y se miró en un gran espejo. ¡Que susto! Paco solo conseguía ver sus dientes y ojos. Su padre, entonces, le dijo:
– Viste que la camisa casi no se ensució…. pero fíjate en ti mismo. Las cosas malas que deseamos a los otros son como lo que te pasó a ti. Aunque consigamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, los residuos de esos se quedan siempre en nosotros mismos.
Mateo 5:44
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.
Lucas 6:31
Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Que Dios nos perdone y ayude. Ya nada de maldecir porque se maldice a uno mismo. Dejar las cosas en las manos de Dios y Dios hará justicia.
Amén, bonita reflexión
Interesante, a veces creemos que con una maldad a otro nos sentiremos bien y no es asi, cada quien da lo que posee, por eso aunque parezcamos cobardes hay que dejar pasar……
Muy cierto hermosa reelección
Qué hermosa enseñanza.
En estos días Dios me a estado mostrando muchos mensajes de Amar al enemigo y de no odiar al que me maldice ya que no puedo perdonar a mi cuñada que no conociéndome me juzgo de lo peor y Dios está cambiando mi corazón para que pueda tener mi corazón tranquilo. Y en paz.