EJERCICIOS DE  RELAJAMIENTO
Entrega al Padre Celestial todas tus cargas,
preocupaciones y tristezas.
“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré, porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
(Mateo. 11:28,30)

EJERCICIOS DE RESPIRACION
Respira una atmósfera de Paz, Amor y Felicidad.
“Buscad la paz con todos, y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor”.
(Hebreos 12:14)

EJERCICIO  OCULAR
Busca solo hacer el bien a tus semejantes.
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y apegaos a lo bueno”.  (Romanos 12:9)

EJERCICIOS  AUDITIVOS
Escucha la voz de Dios.
Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas  me siguen”.
(Juan 10:27)

EJERCICIOS PARA LA MENTE
Ejercita exclusivamente ideas constructivas.
“Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable; todo lo que es virtud  o mérito, tenedlo en cuenta”.
(Filipenses 4:8)

EJERCICIOS PARA LA LENGUA
Pronuncia sólo palabras edificantes y amorosas.
“ Desechando la mentira, hablad la verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros”.   “ No salga de vuestra boca palabra dañosa,  sino la que sea buena para la necesaria edificación, y para hacer el bien a los que os escuchen”.
(Efésios 4:25, 29)

EJERCICIOS FACIALES
Sonríe…  sonríe…  sonríe… sonríe siempre…
“¡Estad siempre alegres!”
(I Tesalonicenses 5:16)

EJERCICIOS PARA LOS PIES
Anda siempre por los caminos que Dios te indique.
“No tengas miedo ni te acobardes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”.
(Josué: 1:9)

EJERCICIOS PARA LAS MANOS
Únelas diariamente para una oración especial.
“Os encargo que oréis en cualquier lugar alzando las manos, limpias de ira y divisiones”.
(I Timoteo 2:8)

EJERCICIOS PARA EL CORAZON
Irradia sentimientos de Amor.
“Queridos hermanos y hermanas: amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. ¡DIOS ES AMOR!”.
(I Juan 4:7,8 )

EJERCICIOS PARA EL ALMA
Mantén contacto con Dios… todos los días.
“Dios te ha declarado lo que es bueno,  y lo que Él desea de ti.  Solamente que seas justo,  que ames la misericordia y que te portes humildemente con tu Dios”.
(Miquéas 6:8)