Aunque a la mayoría no nos importaría llegar a ser un poco más humildes, ¡ay cómo detestamos pasar por la escuela de la humildad!

Nos duele tragarnos el orgullo, pero se trata de un dolor que nos hace bien,  siempre y cuando tengamos una buena actitud y dejemos que produzca en nosotros el efecto deseado.

Conviene recordar el refrán:
«No hay rosa sin espina».

1. PROCURA DESCUBRIR LO MEJOR DE CADA UNO.

Todo ser humano ha tenido experiencias que tú no has tenido, y en esos aspectos te aventaja. Einstein, reputado como uno de los grandes cerebros de la humanidad, dijo: «Nunca he conocido a una persona tan ignorante que no tuviera algo que enseñarme».