Un grito de necesidad
El sol del mediodía ardía en las calles, y el aroma del pan recién horneado llenaba el aire. Ricardito, de tan solo seis años, no pudo contenerse y exclamó:
“¡Papá, tengo hambre!”
Agenor, su padre, llevaba horas buscando trabajo sin éxito. Sin dinero en los bolsillos y con el corazón encogido, pidió a su hijo que esperara mientras entraba a la panadería cercana.
Un acto de humildad
Dentro del establecimiento, Agenor se acercó al mostrador y, con voz temblorosa, dijo:
“Señor, estoy con mi hijo afuera, tiene mucha hambre. No tengo dinero, pero puedo trabajar a cambio de un poco de comida para él.”
El dueño, Amaro, sorprendido por la dignidad de Agenor, le pidió que trajera al niño. Al verlos, ordenó a su esposa que les sirviera el plato del día: arroz, frijoles, carne molida y huevo.
Lágrimas de gratitud
Mientras Ricardito comía con entusiasmo, Agenor no pudo evitar que las lágrimas rodaran por sus mejillas.
“Nunca había probado una comida tan deliciosa. Gracias por este gesto.”
Amaro, conmovido, le ofreció un trabajo en la panadería y le entregó una canasta básica para su familia.
Un nuevo comienzo
Al día siguiente, Agenor llegó puntual a su nuevo empleo. Su dedicación y honestidad no pasaron desapercibidas. Un año después, Amaro le sugirió que asistiera a clases de alfabetización para adultos.
Doce años más tarde, Agenor se convirtió en abogado y abrió su propia oficina. Nunca olvidó aquel acto de bondad que cambió su vida.
Lecciones de vida
Esta historia nos enseña:
- La importancia de la empatía y la solidaridad.
- El valor de la dignidad y el trabajo honesto.
- Cómo un pequeño acto de bondad puede transformar vidas.
Un testimonio que inspira
Yo mismo viví algo similar hace años, cuando mi familia y yo enfrentamos una situación económica muy difícil. Una vecina nos regaló una caja de víveres sin decir palabra. Ese acto nos sostuvo durante una semana y me marcó para siempre. Hoy, no dejo pasar una oportunidad de ayudar a alguien más.
Reflexión final
En un mundo donde el hambre y la necesidad aún existen, recordemos las palabras de Jesús:
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber.”
— Mateo 25:35
¿Y tú? ¿Estás dispuesto a ser la mano amiga que alguien necesita hoy?

Hoy he sido bendecida grandemente con los hermosos mensajes de esta pagina.Tuve un desayuno maravilloso con Dios, quien me llena de esperanza y de su amor.
Que el Senor bendiga tan grande ministerio y que la mision de RDP se multiplique como las estrellas del cielo.
Un abrazo en el Senor Jesus.
Amparo
es cierto no podemos olvidar de donde salimos yo estoy desempleado profesional y no encuentro trabajo a causa de mi edad 64 años no he podido conseguir prestamo y tambien quiero ayudar a gente necesitada me hagobia tanta prostitucion tanta miseria y pobreza juntas en nuestras gentes por donde paso a diario y me pregunto que hacer y muchos viviendo de los demas recogiendo tanta cantidad de dinero y no hacer lo que el señor jesus dijo no quiero sacrificios sino justicia y se referie a los pobres los tendres con vosotros hay que mirar la primera comunidad
Que linda historia, me hizo llorar! es maravilloso saber, como Dios nos ama, nos mima, y esta preocupado y ocupado en nuestra necesidades , la palabra nos confirma, no he visto justo desamparado ni su simiente que mendigue pan, El suplirá toda nuestras necesidades.No olvidemos que el amor se nutre mas dando que recibiendo, esto a mucho cristiano nos cuesta entender.
SONIA HIDA PADRE TENGO HAMBRE DE TI QUE HISTORIA TAN CONMOVEDORA DIOS EN SU PALABRA NOS DICE QUE EL QUE LE DE DE COMER O BEBER A UNO DE SUS PEQUEÑS SE LO HACE A EL GLORIA ADIOS HAY QUE VIVIR SIN EGOISMO PARA TENER LA RECOMPENSA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO GLORIA ADIOS
Primera vez que me atrevo a escribir un comentario. Las cosas no llegan por casualidad. Gracias padre por conocer esta pagina tan maravillosa que me alimenta el alma cada dia. Dios los Bendiga !!!! Estoy super contEnta !!!