Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza.
Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de paz, aún en medio de una guerra.
Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.
Y seguiré creyendo, aunque otros pisen la cosecha.
Y seguiré gritando, aún cuando otros callen.
Y dibujaré una sonrisa; en rostros con lágrimas.
Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.
Y regalaré motivos de alegría donde solo haya tristeza.
Invitaré a caminar al que decida quedarse.
Y levantaré los brazos a los que se han rendido.
Porque en medio de la desolación, siempre habrá
un niño esperando algo de nosotros…
Y aún en medio de una tormenta,
por algún lado saldrá el sol
y en medio del desierto crecerá una planta.
Siempre habrá un pájaro que nos cante,
un niño que nos sonría
y mariposas que brinden su belleza.
Pero si algún día ves que ya no sigo,
no sonrío, o callo, acércate y dame un beso,
un abrazo, o regálame una sonrisa;
con eso será suficiente.
Seguramente, me habrá pasado que la vida me abofeteó y me sorprendió por un segundo.
Ese gesto hará que vuelva a mi camino. Nunca lo olvides: “El pasado es polvo, el futuro es viento, el presente es la vida.
Si amas perdona, si no amas olvida …
Pues el amor nunca muere, sólo cambia de lugar…”
Elocuentes vienen bien porque te estimulan, y te acercas más a Diós y al hermano Isabel
Tenerlos en mi correos en una bendición de Dios gracias por todo su apoyo moral.