Hay un río llamado Meno, que nace entre la floresta en el Monte de los Pinos, en Alemania. Donde nace, sus aguas son tan claras y puras que pueden ser bebidas sin ninguna preocupación de contaminación.
Sin embargo, a medida que va pasando por aldeas y ciudades, debido a las industrias y a la basura que la gente va arrojando, se va contaminando a tal punto que ni la hierba en sus orillas logra crecer cuando desemboca en el mar.
Nuestra vida puede ser comparada con un río como ése. Cuando nacemos, somos puros e ingenuos, y desconocemos la suciedad del mundo. Pero, con el pasar de los años, vamos acumulando diariamente experiencias mediante los amigos, los grupos sociales y las diversiones, que incorporan a nuestra vida el egoísmo, la avaricia, los celos, el temor, la envidia; en fin, tanta basura que acabamos contaminados.
Afortunadamente, el río se purifica nuevamente cuando entra en contacto con el océano. De la misma forma, podemos encontrar influencias purificadoras a lo largo de nuestra vida. Una de ellas son los buenos profesores que aconsejan y orientan a sus alumnos para que alcancen una vida feliz y de éxito. Los buenos amigos también pueden ser influencias purificadoras. Los buenos consejos y las palabras amigas pueden ayudarnos a apartarnos de las cosas perjudiciales.
La verdadera purificación, sin embargo, solo puede ser ofrecida por Dios, mediante su Hijo Jesús. Solo él nos puede perdonar y renovarnos. Aquel que purificó a los leprosos en el pasado también está listo para oír nuestros pedidos y purificarnos de las malas influencias de cada día.
Llegará el día en el que Dios establecerá la Tierra Nueva, con habitantes santificados y glorificados por causa de a salvación dada por Jesús. Entraremos entonces en contacto con otro río: el río de la vida, cuyas aguas son puras y cristalina. Ese río jamás se contaminará, aunque atraviese la ciudad. Sí, porque en la Ciudad de Dios nunca habrá contaminación.
Apocalipsis 22:1
Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
Fuente: Historias Inolvidables, Editorial APIA
Dios es para nosotros los que en El creemos,como nuestro aposento alto ,donde iba Jesus a descansar a su querida Betania, la necesidad de Cristo que el mundo refleja hoy es tan evidente que tenemos que recurrir a estas paginas para lograr la atención de aquellos que tienen ese vacío , ese eterno espacio que no pueden llenar, ese sabor a falta de “algo”, el hombre esta tan sumergido en si mismo que no puede ver lo maravilloso de la creación, de la naturaleza del regalo divino de la existencia humana, del ADN, del proceso de fotosintesis , de la estructura atómica etc. la manifestación divina es a diario expuesta cada vez que una madre amamanta a su hijo , la naturaleza perfecta con la que Dios nos regalo la estructura social de la familia sigue repitiendose a diario en nuestras vida, aún despues de miles de años el ejemplo de la Sagrada familia ha superado eras , guerras dictadores, epidemias y divorcios, ya no seamos más incredulos , creamosle más a Dios llena ese vacío tan grande entu corazon ,solo con aceptar a Jesus en el, dejemos que se entronise en nuestras vidas demosle el lugar que El se merece,invitemonos a difrutar del goce de la plenitud del espíritu Santo moviendose en nosotros y no necesitamos ser santos para esto, solo desearlo en nuestro corazón, tu que lees esto ahora en este presiso instante ponte a orar para que el Santo Espiritu de Dios alcance a aquellos que le necesitan tanto, y veras como te sentiras de bien ponlo en prctica , serás muy bendecido, porque…..” El Padre tales adoradores busca”…no esperes que alguien llegue a tocar tu puerta ,, hey Dios esta !ya!
aquí como no lo ves !!!! mira a tu projimo y cuando empieses a pensar en el primero que en ti es porque Dios ha tocado tu corazón¿ lo invitaras a quedarse o solo a pasar?.