Un Joven estaba luchando con su fe. Después de crecer en un hogar donde lo amaron y lo criaron de una manera piadosa, permitió que las malas decisiones y las circunstancias lo alejaran del Señor. Aunque había afirmado conocer a Jesús cuando era un niño , ahora luchaba con la incredulidad.

Un día mientras hablaba con él, le dije: “Sé que caminaste con el Señor por largo tiempo. pero justo ahora no estás tan seguro acerca de Jesús y la fe. ¿Puedo decirte que creo que te encuentras en el ‘Tiempo de Tomás’ en tu vida?”

Él sabía que Tomás era uno de lo doce apóstoles y que había confiado abiertamente en el Cristo por varios años.

Le recordé a este joven que, después de la muerte de Jesús, Tomás dudo de que Él realmente hubiese resucitado de la tumba. Pero ocho días después, el Señor se le apareció a Tomás, le mostró Sus cicatrices y le dijo que dejara de dudar y creyera.

Finalmente, listo para abandonar sus dudas, Tomás dijo:  “¡Señor mío, y Dios mío!”

¿Será posible que te encuentres en el “Tiempo de Tomás”; es un momento en el que te parece difícil sentirte cerca de Jesús, tal vez incluso dudando de Él? Jesús está esperándote.

Extiende tu brazo y toma Su mano marcada por los clavos.

Un hijo de Dios siempre es bienvenido a casa.

Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío! Juan 20:28